Mis Mitos: Alaska

Hace unos quince días me reencontré con una compañera de la facultad de la que siempre admiré su extraordinario y afinado sentido del humor, además de su capacidad creativa. Hace quince días, entre copas, se confesaba seguidora de este espacio y me proponía ideas para el mismo. Esta nueva sección va a existir gracias a ella. Así que Eva: para que veas que efectivamente te estaba haciendo caso. Por eso, esta primera entrada va por ti.

Mis Mitos nace con el interés puesto en analizar las claves estilísticas de gente que normalmente no se erige como adalid del buen llevar, que no aparece en webs y blogs como idea a copiar, que no responde a ningún canon establecido. Y sin embargo, las considero interesantes porque cumplen la premisa número uno del estilo: son fieles a sí mismos, a su manera de entender la vida, y así lo reflejan con la ropa y demás. Así que con esta nueva sección, dedicaré un pequeño y particular homenaje a seres seguros de sí mismos, de los que también podremos copiar alguna idea para adaptar a nuestro estilo particular.

Para inaugurar espacio no podría hacerlo de otro modo que dedicándoselo a la gran Alaska. Imperecedera, se mantiene en el star system desde hace décadas. Ya desde muy jovencita demostró tener un estilo propio, diferente y revolucionario que se mantiene intacto con el tiempo. En realidad, vigila todas las claves básicas de construcción de estilo, adapta las modas a sí misma y así construye su propio perfil. Por ejemplo:

  1. El cabello y maquillaje: Son sus señas identificativas. Jamás lo descuida. Va marcando épocas en función de su color de pelo, y ahora lo lleva negro. El maquillaje siempre excesivo: sus ojos marcados y los labios rojos acompañan a una piel blanquísima que la vampiriza. En realidad son las auténticas claves de su identidad. Sin este cabello y maquillaje no tendría tanto poder su estilo personal.
  2. La ropa: orgullosa de su cuerpo, siempre lo lleva ultraceñido. Minivestidos y escotazos son sus habituales, normalmente con lentejuelas y paillettes. Ha acomplado los leggings de vinilo a casi todos sus looks. Nunca prescinde de taconazos: bien altísimas botas over the knee (aunque no tiene una silueta apta para lucirlas, sí las lleva y las defiende muy bien), bien zapatos de tiras anchas. El color negro y el blanco extremo son sus juegos habituales. Es complicado verla de otro color diferente.
  3. Los complementos: aparte de sus innumerables tatuajes y de sus uñas siempre pintadas de color oscuro, se decanta por grandes anillos, por hebillas y tachuelas y pendientes también grandes.

Lo que me encanta de ella: ante todo, su saber estar y su educación. Tiene una corrección envidiable que mucha otra gente que presume de ser un icono fashion debería tener. Es una mujer inteligente que lo demuestra con esa seguridad en sí misma, aunque como todo el mundo, tenga sus cosas cuando se acueste o se levante. Su osadía con tacones infinitos.

En general, Alaska compone en sí misma un conjunto armonioso. Todo lo que elije para vestir o complementarse mantiene la misma línea. Además, responde a su personalidad, a su estilo de vida, a su carácter, al ámbito en el que se mueve y a su música. Por eso a nadie le llama la atención, a nadie le choca y a todo el mundo le parece lo más natural del mundo. Por eso es un mito: porque es capaz de desafiar el tiempo adaptando las modas a sí misma.

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