Al oir la palabra verano pensamos automáticamente en playas y chiringuitos. Sin embargo, existen otras opciones de ocio que nada tienen que ver con lugares con arena y puestas de sol al son de chill-out del bueno. El interior de España posee una oferta de relax de lo más interesante. Pueblos magníficos que en muchas ocasiones nos permiten disfrutar de temperaturas más suaves, de noches frescas y de calma absoluta. Alguna de mis más fieles lectoras ha hecho la propuesta, y desde aquí vamos a intentar encontrar soluciones estilísticas para unas vacaciones de verano en un pueblo de interior.
En cuanto a las prendas de vestir, de poco se diferencia a las que llevamos en la ciudad. Pantalones vaqueros, vestidos floreados largos, faldas de corte evasé o bermudas resultarán muy útiles. Eso sí, las opciones de calzado quedan limitadas a bailarinas y sandalias rasas, calzado deportivo específico por si nos apetece disfrutar del campo; o cuñas de esparto o madera por si nos apetece arreglarnos algo más.
Dos opciones como ejemplo:
- Para una cena con amigos: un vestido largo, de estampado geométrico. De corte imperio, fruncido. Con unas cuñas de esparto y cardigan largo de punto fino para las noches frescas. Pulseras de madera anchas y un maxi anillo.
- Para un paseo por el pueblo: una falda corte evasé, anudada al frente, como las que propone Jocomomola. Combinada con una camisa de manga corta con nudo en la manga y cuellos redondos. Pañuelo en el pelo y sandalias rasas en los pies. Magníficas las de Bimba&Lola y las de Musgo.
Los estilismos a elegir han de ser funcionales y cómodos. Nos escapamos a un pueblo a descansar, y eso incluye también olvidar el estrés armaril. El campo tiene muchas cosas que ofrecer como para malgastar el tiempo.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: tacones de manera habitual. Lo normal es que los pueblos estén adoquinados. Es difícil (y peligroso) pasearse con tacones muy altos. Déjalos para una ocasión especial o en caso de que el pueblo esté asfaltado y no pertenezca a la lista de pueblos a los que nos referimos en esta entrada.
Glamour exagerado. La alfombra roja nunca llegará (por fortuna) a rincones perdidos de nuestra geografía.
Chanclas estilo Havaianas. Si no hay playa, no tienen sentido.
Pareos y caftanes de seda. Si no vamos en traje de baño… ídem.
Descuidar nuestra depilación o el cuidado de nuestros pies. Por mucho que estemos en una aldea perdida no hay disculpa para olvidar nuestro aspecto personal.
Extrarrecargarse. El campo pide naturalidad.
Disfrazarse de campestre. No hace falta convertirse en la gentil niñera del varón Von Trapp.
Lo encontrarás en: las sandalias son de Neopunk. Las cuñas de esparto, de Marypaz.