Cuando pensamos en nuestro armario es muy típico el pensamiento consecuente de “tengo que tener un vestido blanco”. Pero antes de entrar en materia, es esencial tener claro que no es FUNDAMENTAL tener un vestido blanco. Antes de dejarnos obnubilar por lo que la masa dice o por lo que se supone que hay que tener, siempre tenemos que escucharnos a nosotras mismas. Ya sabéis que nuestro criterio prevalece siempre.
#noseteocurra
Analiza tu estilo. Quizás no te veas de vestido. O quizás sí, pero no de vestido romántico. Entonces, #noseteocurra lanzarte a comprar uno como pollo sin cabeza. Que sea ese modelo que a ti te define y te va bien.
Analiza tu colorimetría. Si aún no lo has hecho, este paso es importante. Aquí te puedo ayudar de forma muy básica a entender tus colores. El blanco no es un color que le vaya a TODO el mundo. Quizás de blanco te sientas un poco la novia cadáver. Y sea más favorecedor para ti un tono más cercano al crudo.
Si te decides por uno, la ropa interior sí que juega protagonismo. He dicho varias veces que llevar un sujetador negro bajo una camiseta o camisa blancas no es mala idea. O que si la sisa de la prenda superior es muy abierta, mejor que se vea el sujetador negro que visón. Pero con los vestidos blancos, ya es otra historia. La ropa interior: lo más invisible posible. Si quieres, claro. Estilarias libres, siempre.
Lo importante es que no se te haga un mundo. Que esas decisiones de armario no te ocupen tiempo ni se conviertan en una losa para ti: que puedas disfrutar del placer de encontrar lo que buscas, que puedas disfrutar de sentirte favorecida. Y si no, para eso estoy yo, para ayudarte. Este viernes, si formas parte de la comunidad de Privilegio Estilario, recibirás un email con una completísima selección de vestidos blancos para todas. Como siempre: explicados por estilos y proporciones. Para acertar y disfrutar. Solo date de alta y dale la bienvenida a la facilidad de tu armario.
