A mí eso de remolonear hasta tarde el domingo, me encanta. Y me gusta mucho más lo de preparar un desayuno tardío – comida temprana: un brunch que les llaman los anglosajones y que los españoles (con lo que nos gusta trasnochar) hemos hecho desde siempre. Los huevos Benedictine son uno de los grandes recurrentes de ese momento. Y me encantan.
Ingredientes
4 huevos
1 litro de agua
5 cucharadas de vinagre de vino blanco
4 lonchas de jamón cocido o jamón de Parma
pan (de molde, de pueblo, de barra… según gustos)
Para la salsa holandesa:
2 yemas de huevo
50 grs. de mantequilla
sal
pimienta blanca (o negra)
vinagre de vino blanco
unas gotas de limón
Preparación
1. Para escalfar los huevos, poner a calentar el agua y el vinagre en un olla bajita, que no sea demasiado alta para que los huevos no se vayan al fondo. La olla ha de ser antiadherente porque es muy fácil que se peguen en el fondo.
2. Cuando el agua hierva, echar los huevos de uno en uno.
3. Dejar que hiervan 3 minutos (si queremos que la yema esté para mojar) ó 4 minutos (si queremos que esté cocida). Retirar y reservar sobre papel de cocina para que escurran el agua.
4. Para preparar la salsa, fundir la mantequilla en el microondas unos segundos sin que llegue a hervir. Reservar.
5. Poner en un recipiente de acero inoxidable las yemas de huevo, el vinagre y las gotas de limón. Calentar al baño María mientras batimos sin parar hasta que los huevos espumen.
6. Añadir lentamente la mantequilla, poco a poco y sin dejar de batir para evitar que las yemas cuajen y se recuezan. Salpimentar.
7. En un plato, colocar el pan. Sobre al pan el jamón. Después el huevo y por último, bañar con la salsa holandesa.
Las variaciones
Existen muchas maneras de acompañar los huevos: con salmón o con migas de bacalao son algunas de ellas.