El Ideario: En el norte más helado


La lluvia y el frío están hecho para estampas bucólicas frente a la chimenea. Pero desde luego que no son lo más apetecible para tener que madrugar, salir a la calle y ganarnos el pan. Eso sí, ya no está tan claro eso de que tenga que ser con el sudor de tu frente. Amparo vive en un lugar extremadamente frío, en el norte de Europa, rodeada de nieve. Tiene un trabajo muy informal, hay nieve y además, sus pies delicados no le permiten arriesgar demasiado con el calzado.

La idea fundamental entonces es la de abrigarse por dentro y protegerse por fuera para poder vestirse de manera más habitual y con menos limitaciones. Una camiseta térmica y unas mallas térmicas serán de obligado cumplimiento. Al igual que un buen plumífero en algún color sobrio (para que sea más combinable) y unas botas que nos aíslen de la humedad y del frío. No por ello tenemos que renunciar a ir guapas.

Protegidas como acabamos de ver, ya podremos usar vaqueros (si la nevada es muy intensa habrá que ponerse un mono impermeable también), jerseys de punto, camisas, pantalones de corte masculino por dentro de las botas… cualquiera de los estilismos que se proponen aquí cada semana. Una propuesta podría ser un vaquero pitillo con un minivestido de seda + chaqueta gruesa de punto. O un baggy en color tostado con una camisa azul y una chaqueta de motivos invernales en azul marino. Y por supuesto, bufandas, gorros (geniales los andinos) y unos guantes impermeables, serán elementales. Complementos con los que jugar, por lo que se pueden tener en diferentes colores y estampados para animar cada estilismo.

Frío sí. Pero antes muertas que sencillas. Aunque suene a topicazo.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: por eso de que hace frío, descuidarte. Nada de botas estilo Chiruca o Solomon. Están bien para un momento dado, pero no las conviertas en un habitual o te amasculinizarás y te olvidarás de cómo se viste una señorita.
Prendas de cuero. Son muy frías para el invierno tan duro. Sólo si están forradas por dentro.
Zapatos de suela de cuero. Siempre de goma. A no ser que quieras probar la resistencia de tu coxis contra el suelo helado.
Los plumíferos del colorín. Ideales para esquiar, para perderse por la nieve y que te encuentren a mil millones de kilómetros de distancia. Pero difíciles de combinar para sentirse mona.
Bermudas, shorts, minifaldas y minivestidos así, a pelo. Bien si es una cena, una fiesta. Pero para trabajar ya son ganas de pasar frío del terror.
Huye como las locas de las prendas sintéticas de dudosa calidad. Pero huye. No abrigan nada de nada.
El calzado es una inversión. Vale la pena tener un único par pero tiene que ser extraordinario.

Lo encontrarás en: las botas son de UGG Australia. El plúmífero, de The North Face.

Compartir:

Reconecta con tu estilo, contigo y con tu armario

Suscríbete a la Comunidad Privilegio Estilario