La foto, deaquí
Es cierto que existen productos milagro con resultados asombrosos. Productos de precios elevados que cumplen lo que prometen. Pero también es verdad que existen remedios caseros, muy baratitos, de los que sacar beneficios maravillosos. Como el truco de dormir con guantes. Un truco que yo aprendí de mi madre, que dicho sea de paso, lleva siempre las manos impecables.
Tener unas manos suaves, muy suaves, se consigue no sólo con un buen ritual de manicura y una buena hidratante. Se perfecciona, y se llega a los cielos si a esto le añadimos dormir con unos guantes de algodón. Unos sencillos guantes blancos de algodón. Es cierto que al principio puede resultar algo incómodo, pero es la solución perfecta para las temporadas en las que la piel de las manos está más seca.
Para ello sólo hay que aplicar una buena capa de hidratante de manos y ponernos los guantes. A dormir. Y con paciencia, recuperaremos las manos suaves que nos encantan.
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