¿Por qué al leer las revistas nos parece tan sencillo decidirnos y en cambio, una vez delante de nuestro armario, nunca creemos que nuestras compras sean las correctas?
Sin duda, el armario es el mejor punto de partida. Un buen armario (y por supuesto, no me refiero a las calidades del objeto en sí) es aquel que nospermite comprobar rápidamente de qué opciones disponemos. Es el que está ordenado, organizado (por colores, por estilos, por tejidos…) y limpio. Nuestro armario no puede oler ni a tabaco ni a fritanga. No se trata de una cafetería. Además, existen muy buenas soluciones para evitar que esto suceda.
El armario no ataca, no vive ningún monstruo en su interior. Sólo nosotras somos las culpables de su constante rebelión. Para evitarlo, trabajaremos por temporadas. Los altillos, canapés abatibles o cajas de almacenaje son un buen lugar para temporadas no vigentes y también, para esas prendas que hemos decidido no utilizar esta temporada (seamos realistas!!) En el armario dejaremos un espacio para los bolsos y otro para los zapatos (que nunca han de estar apilados, a no ser que se encuentren en el interior de cajas). Los accesorios los guardaremos en cajitas para evitar que se deformen.
El correcto cuidado de las prendas dentro del armario permitirá que éstas (y por consiguiente -es inevitable- nosotras) luzcamos mejor. Colgar una camisa en cada percha, respetar la raya de los pantalones, o doblar con cuidado el punto. Da igual que sea de Zara o de Prada: se verán mejor.
¿Qué no debe faltar nunca en tu armario? O cómo construir lo que todas conocemos como fondo de armario:
- Hazte con un par de camisas blancas. Son puro refinamiento, de hecho, estaban reservadas solamente para la aristocracia porque eran los únicos capaces de mantenerlas limpias. Las camisas mejor si son básicas. Las de Paul Smith son preciosas, pero tenéis buenas opciones en Zara y en Gap.
- Unos vaqueros. A este tema, habrá que dedicar un post completo…
- Un pantalón masculino de color negro. Muy bonito el AGLAE de Comptoir des Cotonniers.
- Un par de zapatos negros. Unos stilettos negros son siempre un acierto. Básicos y permanentes. Recordad que estamos construyendo nuestro fondo de armario.
- En invierno, un buen abrigo. Hay una buena opción en Massimo Dutti: estilo chaquetón, de cruzar y atar y sin botones. Se adapta a cualquier estilismo. Con más presupuesto: Burberry Prorsum. Y un trench.
- Por último: un LBD o vestido negro corto. Sencillo, sin estridencias. Siempre es recomendable uno de los de Miguel Palacio (que no tiene web…) Pero en H&M hay uno que nos recuerda a Jackie Onassis. Muy combinable.
Con esto en el armario, ya estamos vestidas. No importa la estación. De hecho, podríamos sobrevivir a temporada tras temporada invirtiendo solamente en accesorios y zapatos.
Por esta razón, es tan importante optimizar vuestras compras. No os dejéis llevar por la vorágine ni el arrebato de caprichos o rebajas e invertid solamente en lo necesario. Gastad incluso todo vuestro presupuesto de compra en una sola pero muy acertada e imprescindible prenda, que no en diez distintas. Probablemente, lo único que hagan estas últimas sea aumentar de manera innecesaria el volumen del armario, y alargar hasta lo insoportable la eterna y horrible pregunta del “¿qué me pongo hoy?”