Me gustan las bodas en diciembre. Y como llevo un año de sequía de bodas, creo que me apetece que me inviten a alguna. Sobre todo, si es la boda de alguien especial (se me ocurre alguna muy especial, de alguna rubia power) (cara maligna) (jurjur). Mientras llega, vamos con la boda en diciembre a la que han invitado a Tamara.
Para la boda, Tamara tiene un vestido rojo. La boda es de mañana, y el vestido es largo. Yo le recomendaría que desistiese del vestido largo para una boda de mañana. Aunque los protocolos cada vez son menos estrictos, a mí me gusta respetarlos. Y de mañana a una boda no se debe de ir de largo. Si el vestido le fascina mucho, tiene la opción de cortarlo. Por lo demás, es una pieza muy bonita.
Si no queremos pasar frío, lo luciremos:
- Con una chaqueta de corte esmoquin en lentejuelas. Con tonos azules, agua y cobre. Así, lo combinaremos con zapatos en color agua y cartera de mano en cobre. El cabello suelto, peinado con volumen.
- Muy sofisticada con una chaqueta de largo a la cintura, de corte recto, en pelo de color beige. Zapatos rojos y cartera de mano en rojo. Cabello recogido en moño bajo, tirante, y los labios, pues eso. En rojo.
- La reina de la pradera con capelina en color visón. Guantes largos, en ante, de color gris perla. Zapatos en gris perla ycartera de mano en color madera. El cabello, suelto o con un semirrecogido.
También podemos inspirarnos en los albores del siglo XX y llevar un abrigo largo en corte frac (más corto por delante que por detrás), con solapas y abotonado con un único botón en la cintura, entallado. Estampado tipo jacquard. Además de un tocadito pequeño, muy pequeño, en un recogido flojo. O combinarlo con grises y nudes. Y si no nos queda más remedio… pues recurrir al negro.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: blazer. No la veo con este vestido. Un corte muy romántico que no funcionará con la seriedad y sobriedad de la chaqueta.
Chaquetas chaneleras con cuidado. Si el vestido fuera corto, quizás podríamos encontrar una pieza que funcionase. Pero si el vestido es largo, difícil lo veo.
Vestidos largos con megatocados, nunca. Tocados pequeños, discretos. Pero jamás enormes.
Aunque el vestido sea largo, hay que vigilar medias y zapatos. Que al final, todo se ve.
Por favor, largo sí. Pisándoselo, nunca.
Y aunque caiga el mundo en forma de chuzos de punta, olvídate de las botas ni de los zapatos abotinados.
Sabéis ya lo que pienso: pelos sí. Peluchones cutres, no.
Lo encontrarás en: el vestido de Tamara es de Poéte. La chaqueta, de BDBA.
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