Las Navidades relajaron un poco el tema de las bodas. Pero ahora, con el nuevo año, salen las invitaciones a relucir y con ellas nuestro pánico en el armario. Ana tendrá una boda en abril, de día. Abril es un mes complicado para las bodas. En según qué partes todavía hace un frío tremendo. En otras, no se sabe si lloverá mucho o hará frío o saldrá el sol… sin embargo, huele ya a primavera. Con todo, vamos a actuar como en invierno con pequeños guiños a la nueva temporada.
El vestido de Ana tiene el cuello a la caja y manga larga. Un pieza en tres tonos, neutra, que ofrece posibilidades de combinaciones. Por ejemplo:
- Que el toque de color lo pongan los accesorios. Entonces, elegiremos un abrigo en azul marino (un color que esta temporada ha dado mucho de sí). Un buen abrigo. El color lo pondremos en zapatos y cartera de mano. Colores como el burdeos, el rojo vino, el azul añil o el naranja (que con el marino hacen un conjunto perfecto) en zapatos y en cartera de mano. Busca un zapato especial, diferente, ya que serán los protagonistas del conjunto. Las medias, tupidas en azul marino, sin problema. Y si te gustan y te atreves, prueba con un tocado especial, en marino y el color que elijas para el resto de los complementos. Decántate por un peinado muy lady y discreto, para que sigan brillando los complementos por encima de lo demás.
- La otra opción está en que el toque lo pongan las piezas que elijas. Es decir, una chaqueta torera o abrigo corto de pelo, en color nude. Medias tupidas en marino o marrón chocolate y zapatos en marrón oscuro o topo, más acordes con la cinturilla del vestido. El punto lo pondrán una cartera de mano de piel blanda a todo color (como el fresa, burdeos o naranja) y el tocado del cabello. Ahora sí puedes atreverte a llevar la melena totalmente al viento.
- O colocarte una capelina color visón y los complementos, en tanto que zapatos y cartera de mano, en print serpiente. Las medias, entonces, en chocolate. Colócale un broche a la capelina y olvídate del tocado.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: cutrerío cutrerío. Abrigo de paño pseudopaño y pelos de peluche afectado NO. Antes prefiero una simple chaquetita de punto que es todo un acierto. Los quierosynopuedos son de terrores nocturnos.
Ojitoss a los zapatitoss. Elige el tacón con el que puedas caminar con soltura, no te encarames a los andamios del señor para luego emular a Chiquito de la Calzada en sus mejores tiempos. Y recuerda que las mega plataformas delanteras acortan la pierna.
Medias transparentes evítalas por encima de todas las cosas. Llevar una prenda de abrigo de invierno y unas piernas que quieren ser de verano, es como haberse equivocado de trozo de maniquí al montarlo.
Si llueve a cántaros te coges un paraguas. Aunque sea tamaño sombrilla de playa. Pero evita ir de gabardina a una boda. Y menos de botas de agua. La salvedad está en que la boda sea en Glastonbory, en el festival.
Se llevan y mucho. Pero a este estilo de vestido no le veo yo un turbante. No hagas experimentos que no sean con cocacola.
Lo encontrarás en: el vestido de Ana es de Mango. El abrigo, de Mademoiselle Tara y lo tienes aquí. Los zapatos azules, de Gianvito Rossi; y los naranjas, de Jimmy Choo.
Sigue mi día a día en Twitter. Ésta es mi página de Facebook. Búscame en Instagram como @elestilario. O sígueme en Bloglovin.
¿Conoces “No llores patito”? Echa un vistazo a las propuestas que María y yo tenemos para mamás y bebés con estilo.