¿Cómo me lo pongo?: Sobriedad

Si la semana pasada nos encontrábamos con un ejemplo de color negro para acudir de invitada a una boda, hoy el tema es aún más sobrio. Gloria tiene un vestido del que se ha enamorado, absolutamente negro, con el que quiere ir a una boda de tarde.

El vestido de Gloria juega con diversos tejidos, como la seda, el crochet o el encaje. Ella lo va a combinar con unos zapatos de tacón, en plata vieja, que llevan un broche en el empeine. El broche tiene pedrería en tonos ámbar y naranja.

Lo fundamental en este caso es darle un punto de color, para que no parezca demasiado sobrio. Gloria es muy joven, se lo puede permitir. Para ello, el color elegido puede ser el naranja, que con el broche de los zapatos quedará estupendo. Así, el bolso pequeño, la cartera de mano, tendrá toda la atención. Será de ese color naranja, y rígida. Para el fresco podemos optar por un abrigo tres cuartos de corte capa y manga francesa también en naranja. Y si no nos atrevemos, un simple bolero negro de gasa (como los de Mango). Los pendientes, en azabache negro, que con el encaje y el crochet van a la perfección. Y un anillo grande con alguna piedra en naranja.

Otra opción es la de llevar la cartera de mano naranja, una estola de pelo en gris plata como los zapatos. De este modo, solamente la cartera de mano tendrá el punto de atención.

A veces es cuestión de encontrar el algo, eso especial que convierta el conjunto en otro totalmente diferente.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: echarte años encima. Tan malo es querer quitárselos a golpe de minifalda más allá de los 50 como parecer una señora cuando no se ha llegado ni a los 30. Tampoco es que haya que ir en plan juvenil adolescente, pero pequeños riesgos como en el color o en los complementos, son fundamentales.

El otro extremo es el de vivir en la eterna juventud. Al pasar los 25 todo lo que sea plastiquismo aparente (porque puede serlo y no parecerlo, que es lo perfecto) se destierra de los armarios. Es el momento en el que es mejor tener uno solo y bueno. Preferible a mil, y cutres.

El maquillaje y la peluquería son de los complementos más importantes que existen. Si no tienes maña para inventarte tú solita, un día tan importante bien merece la inversión. Eso sí, no arriesgues. No es el momento de hacer pruebas para que te veas de todos los terrores extraños.

Tampoco te eches años con los peinados. Ni con el maquillaje. Una piel joven no necesita excesos de capas ni de brillos. Mesura.

Sentido común. Si hace aún calor, por mucho que el calendario diga ya que estamos en otoño, olvídate de pasar horrores con medias tupidas. Las piernas desnudas son admisibles siempre. Incluso a bajo cero. Y más cuando la temperatura acompaña.

Lo encontrarás en: la cartera de mano es de Mango.

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