La boda de una amiga es un acontecimiento emocionante y generalmente muy divertido. Si además es la mejor amiga, eso lleva implícito un secreto deseo de ir estupenda, como homenaje al día grande de a quien queremos. A. pronto tendrá la boda de su mejor amiga, y así quiere pasarlo.
Para ello, tiene un vestido de seda, en color teja. Muy ponible y con un corte y color favorecedores, teme que se vea demasiado cotidiano. Nada más lejos. El vestido es fantástico y ganará mucho si lo llevamos con los complementos adecuados.
Para que el vestido luzca tan festivo como merece, la combinación con dorado será perfecta. Unos zapatos muy especiales, incluso con algún detalle diferente (la sencillez del vestido lo permite) como hebillas, plumas o lazadas en dorado. La cartera de mano que puede ser de algún material natural como la rafia y la madera (la boda es en pleno verano) pero en un tono contraste, como en tostado. Pulseras también en dorado. Y pendientes en oro pero con alguna piedra en teja, como el vestido.
A. también quiere llevar tocado, pero no se atreve. Sin embargo, hay opciones, como las diademas, que solucionan este problema. Por ejemplo, estas diademas de la nueva colección de El Jardín de Lulaila (que estáis viendo en super primicia), realizadas con pasamanería auténticamente vintage (de un anticuario de Florencia) y que se pueden llevar como diadema o colocadas como tiara si elegimos un recogido despeinado, con un trenzado, por ejemplo. Serán el toque perfecto.
Y así en dorado, podemos dejar que corra y corra el cava.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: si tienes un vestido muy sencillo, que no te dé miedo. Esa sencillez se traduce en elegancia. Que los complementos sean especiales, y el resto sale solo.
Al hablar de complementos especiales no nos referimos ni por asomo, a que tengan que ser el terror de las visiones. Con sus estampados animalísticos, tintineos, cascabeleos y demás.
El colorín con el teja, cuidado. No abuses de esas mezclas para momentos elegantes. En todo caso, para un día a día.
Si no te va el oro, antes que buscar el plata quédate en el gris.
El nude y los empolvados también son una opción. Pero jamás eso del color block.
Si nunca has llevado un tocado, no te pases con las dimensiones del mismo. Habrás conseguido llamar la atención, eso desde luego. Por mona, también. Pero no mona de guapa. Ni por saber llevarlo.
Lo encontrarás en: el vestido de A. es de Ba&Sh. Los zapatos, de Mascaró. Las diademas, de El Jardín de Lulaila. Piezas muy limitadas realizadas con materiales auténticamente vintage. A un precio de 50 euros. Las tienes aquí.