Cómo abrigarse para una boda podría ser el título de un manual de moda. En las bodas de primavera, puede que sea éste el dilema más comentado delante de un espejo o de un armario. El otro es el de cómo aprovechar un vestido más allá de una boda. Dos dilemas que tiene Carmen y a los que intentaremos dar solución.
Su vestido es de color verdoso-grisáceo, y combina seda y punto de seda. Una pieza de manga larga, muy vaporosa. Podríamos combinarlo:
- Para una boda: con una chaqueta de cuello a la caja y largo a la cintura. De manga corta, ya que puede quedar bien que se vea la manga larga. La chaqueta de color amarillo pálido, claro. Los zapatos y la cartera de mano, también en amarillo pero más intenso, incluso mostaza. De complementos, un broche grande en la chaqueta.
- Para un día a día: con una chaqueta de punto calado larga, en color tostado. Y un zapato de tacón medio en cuero natural. Un colgante de cuero será el complemento ideal.
- Para una fiesta más o menos formal, de día: con un fajín en fucsia o color azul eléctrico. Blazer gris oscura y zapatos también en azul eléctrico. Podemos sustituir el fajín por un collar babero de esmaltes de colores en fucsia y turquesa.
Colores de esta temporada que le pueden dar mucho juego, como el coral, el naranja o el rojo. Siempre dependiendo de la tonalidad que más nos favorezca.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: botas. Al ser tan vaporoso no procede demasiado llevarlas.
Los chales de gasita. Nada. En todo caso, uno de cashmere, tipo capa, para las noches de verano.
Los largos intermedios. O a la cintura o ya maxi. Pero cositas intermedias van fatal con las telas colgando a diferentes alturas y tal.
Readornarse. Los complementos son amigos, hasta que se solapan entre sí y se alían para acabar con nuestra vida y reputación.
Las mangas largas deberían de ir siempre ligeramente remangadas, porque quedan más estilosas. Lo que jamás se debe hacer es coserlas para hacer pico sobre la mano, en un plan muy Morticia Adams.
Esa mezcla extraña de prendas de verano con las de invierno. Los abrigos de paño no tienen cabida para el verano. Jamás.
Lo encontrarás en: el look de la derecha es de Comptoir des Cotonniers.