No es ninguna novedad que nos pongamos a hablar de bodas. Últimamente entre la mía y las de los “¿Cómo me lo pongo?” es un tema más que recurrente. Al menos, el que parece que suscite más dudas.
Normalmente recurrís a la solución de vuestras dudas cuando el tiempo apremia, cuando quedan un par de días para el evento en cuestión. Pero Cynthia es previsora. Tiene una boda en octubre, en Burgos. Y se adelanta porque desea rentabilizar las rebajas al máximo. Una decisión muy inteligente.
Dispone de este vestido, en plata y nude. Un vestido para brillar en una boda de mañana muy importante para ella. Para llevarlo:
- En primer lugar, hay que pensar en algo para el frío. Es octubre, y es Burgos. Así que hay que prever que probablemente haga fresco. Las opciones pasan bien por una chaqueta amplia en color plata, de largo tres cuartos; o bien por una chaqueta corta, de manga francesa, cuello redondo y sin botones, con paillettes, también plata.
- Los zapatos, unos salones de ante en gris, con plataforma delantera, muy altos.
- Las medias, porque el otoño ya es fresquito (que es un tema que hay que tener muy en cuenta), elígelas en antracita, del mismo color que el salón.
- El bolso de mano será un clutch en piel de cocodrilo en gris antracita.
- Como contraste, busca complementos en oro viejo, muy oscuro. Por ejemplo, una pulsera muy ancha, pegada a la muñeca.
- Recógete en cabello de modo informal y adórnalo con una araña en dorado viejo.
Recuerda que los accesorios son fundamentales. Han de estar muy bien cuidados en su selección para convertir un vestido en un vestido brillante.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: recurrir al siempre fácil peep toe. Vete alejándote de ellos. Si quieres algo clásico, tira hacia el salón. Hace tiempo que el peep toe agoniza. Dejémoslos descansar.
Un bandeau de rafia. No le va nada al aire del vestido. Si quieres un tocado, aprovecha que es de mañana y ponte alguno que simule un pequeño sombrero de plumas. Como éste.
Que hablemos de vestido brillante no significa que tengamos que jugar al colorín. Si nos decantamos por un vestido bicolor, habrá que apoyarlo, no emborronarlo. Por eso en este caso lo ideal es jugar con tonos de gamas similares que lo complementen, como el antracita y el oro viejo.
Botas. Aunque caigan chuzos de punta.
Si tienes las piernas cortas, olvídate de las sandalias jaula ni tampoco de las que se anuden en los tobillos. Todavía acortarán más las piernas ópticamente.
Rafias y similares. La boda es en octubre. Ya es otoño, así que no metas tejidos veraniegos.
Nada de medias dibujadas. Ni rejillas, ni encajes. nada. Apuesta por los accesorios, no recargues más.
Lo encontrarás en: el vestido de Cynthia es de Asos. El look de la derecha, de Hoss Intropia.