Cos es una de mis tiendas preferidas. Es el paraíso del básico bonito, con ese aire tan limpio, tan nórdico, sin florituras ni apenas estampados. Me pierden sus color block, sus tejidos naturales y que sean capaces de convertir una prenda de lo más sencilla en especial. Por eso, le dedico un post completo. Porque además hay montones de prendas idóneas para verano pero que se quedan a un precio magnífico.
1. Un jersey amarillo.En punto de sudadera. El típico para el día que no sabes qué ponerte. En invierno es fantástico con una falda lápiz negra y botas pegadas a la pierna, bajo la falda. En invierno, con una falda vaquera de largo midi y sandalias planas.
2. Una camisa azul, de popelín. Sencilla, básica. Ideal en invierno con botas de piel arrugadas en la pierna y pitillo negro. Y en verano, con culottes y mules planos.
3. Una camisa blanca. Nunca son suficientes. Y si son de corte oversize, mejor aún. En invierno con leggings de vinilo (o de terciopelo) y botines de tacón. En verano, con un short de rayas marineras y cuñas de esparto.
4. Unos culotte color arena. Los que van con todo. En invierno, con mocasines o zapatos masculinos de color natural (y calcetines de rombos en caqui) y jersey de cuello alto. En verano, con camiseta de algodón básica y sandalias que anuden al tobillo.
5. Una falda con pliegue delantera.Muy favorecedora porque esconde y disimula barriguitas, simula cadera para las chicas rectas pero también sienta fenomenal a las anchitas. Esta prenda espera para ponértela en verano. Nada de medias transparentes pero tampoco favorece si le pones unas de color negro. Así que en verano, con camisa y salones de tacón bajito.
6. Un chaleco satinado.Si tienes algún evento, te salvará sobre un top lencero negro y pantalón ancho negro. O sobre un sobrio vestido negro. Y en verano, póntelo también de día con un vaquero, zapatos de tacón cuadrado y camiseta de tirantes básica.
7. Una blusa con nudo delantero.La típica prenda con gracia que te salva en días aburridos. Con un culotte negro y deportivas en invierno. Y con unas bermudas tejanas, tipo falda pantalón, y mocasines, para el verano.
8. Un vestido de seda. Otro de los inexplicables fenómenos de prendas de verano en temporadas de invierno… pero aprovecha y llévatelo para el verano. Es un fondo de armario estupendo para bautizos, comuniones, comidas de empresa, cumpleaños y fiestas de aire formal, etc. Unas bonitas sandalias y a correr.
9. Un vestido azul. En invierno con media tupida y botines al tobillo, de tacón. En verano, con botines planos de color camel o blancos. O con deportivas y cazadora vaquera.
10. Un vestido largo.Tampoco lo veo para el invierno. Pero es otro salvavidas de verano. Fiestas nocturnas variadas que podrás solucionar con zapato plano o con tacón, con cuñas o con un zueco en función de lo formal de la fiesta.
11. Un vestido tye-dye. Un estupendo fondo de armario para bodas de verano por sorpresa. Con unas sandalias de tiras al tobillo, un bonito clutch y unos pendientes grandes en dorado a juego con un brazalete; y solucionado el problema.
12. Un vestido amarillo.Otro veranísimo más. Y estupendo fondo de armario. Con unas sandalias en verde menta o en buganvilla, en modo contraste… me fascina.
No se te ocurra: comprar lo que todo el mundo tiene. No está mal antojarse algo que está muy visto, no pasa nada. Pero un armario a base de lo que lleva todo el mundo, te convertirá en un “todo el mundo”, no en ti misma. Así que apostar por cositas lisas en rebajas es un buen acierto.
Cositas de tu talla, por favor. No te flipes comprando algo dos tallas menos porque, seamos realistas, no vives en la época de la Inquisición para pasar por tortura (y encima, a gusto) ni tampoco en los mundos de Yupi. Tu talla es la que es. Ni más, ni menos. Y así de estupenda vas por la vida.
Comprarte algo que no te defina o que sabes que te va a resultar incómodo. Sé realista y fiel a ti misma. No te flipes por los rincones.