3 años de ausencia por estos lares. TRES. No es que haya estado en silencio, porque las fieles estilarias que estáis siempre al pie del cañón me habéis seguido en Instagram, por donde (tampoco muy a menudo) me iba dejando caer de vez en cuando.
Creo que ya por fin tengo de nuevo ordenada la vida para poder ocuparme de mi cortijo como se merece. Para poder contaros lo que se me pase por esta cabeza sarcástica que el mundo me ha dado. ¿Que qué he estado haciendo en estos 3 años? Básicamente, vivir. Vivir con lo bonito y lo menos bonito (porque malo no hay nada que no exista, salvo morirse) de la vida. He visto crecer a superhéroe (que ya tiene 5 años) y lo he ido encauzando en su rebeldía natural y heredada de su madre. He perdido dos alevines de superhéroes, así que me da que la generación estilaria quedará reducida a un vástago, guapo como él solo. Lo que viene siendo, una joya única en su especie. Qué le vamos a hacer, el destino no lo pintamos nosotros. Pero hay que cogerlo como viene, todo siempre pasa por alguna razón. A todo hay verle siempre el lado positivo, y hay que aprender a que una cosa son los planes mentales y otra muy distinta, lo que la vida va poniendo en tu camino. Mi filosofía particular de vida que hace que me lo haya tomado todo siempre de buen talante.
Me he cambiado de casa y he vuelto a la capital hispalense, a la ribera del Guadalquivir, todo muy folclórico, como mandan mis mismos cánones. Y eso ha conllevado una obra faraónica con derribos incluidos y adentrarse en el mundo del azulejo del que servidora no tenía ni idea. Ahora os puedo hablar de mamparas, suelos, electrodomésticos, screener y lo que me preguntéis.
Me he cortado el pelo, ahora estoy casi rubia, me he roto un tobillo, nos han quemado el coche, he perdido 8 kilos, como más aguacates que cualquier animal que se alimente exclusivamente de aguacates (¿blogger vale como animal? ¿ya puedo pedir entonces mi carnet de blogger?), he limpiado mis chakras y sigo teniendo la misma lengua viperina de siempre. Cosas que por mucho que hayan pasado 3 años, no cambian.
Estoy de vuelta. Me hace feliz veros. Abrochénse los cinturones porque el azote del estilo está de vuelta. No se engañen en sus casas: El Estilario is back!