Ride my bicycle

Gracias al buen tiempo y a la llegada del carril bici a algunas ciudades de España, poco a poco vamos tomando la sana costumbre europea de desplazarnos en bicicleta. Este medio de transporte no contamina, no sufre la escasez de aparcamiento en los centros de las ciudades y es una excelente manera de hacer deporte sin proponérselo. Es decir, que la utilizamos para agilizar nuestro movimiento por la urbe, y paralelamente saneamos nuestras arterias y articulaciones.

Que vayamos en bici no significa ni que seamos unos frikis ni tampoco que tengamos que ataviarnos como si fuésemos a conseguir el próximo maillot amarillo. Una cosa es salir en bici a hacer deporte y otra muy distinta, utilizarla como medio de transporte. Es decir, que aunque con alguna limitación, nos permite vestir chic. Que podemos ir magníficos, vaya. Veamos por tanto, un posible estilismo para lucir magníficas en nuestra bicicleta urbana.

La primavera obliga a que poco a poco nos vayamos deshaciendo de los abrigos y de los plumíferos. Menos prendas=mayor comodidad sobre la bici. La propuesta la compone una camisa de algodón, cuello claudine y manga corta, acompañada de un foulard-écharpe al cuello, para no enfriarnos. Cerramos el conjunto con una chaqueta de punto de manga francesa y cuello redondo. Si todavía aprieta el frío, una chaqueta de punto grueso y largo tres cuartos estará perfecta. Nuestras piernas susceptibles de ser ejercitadas llevarán unos pantalones pitillo. Muy estrechos y de color negro, cuyo largo llegará a la altura del tobillo, para poder lucir las bailarinas al más puro estilo Audrey Hepburn. Si no llevamos medias, todavía mejor. El bolso será indiscutiblemente bandolera. Me decanto por una bandolera larga, con cierre de boquilla. Si es verde será fantástico. Inspírate en los de Prada y encuéntralos a mejor precio en H&M y Accesorize.

Sin problemas de aparcamiento y haciendo ejercicio. Pero por favor, no os olvidéis de ponerle el candadito a la bici. No vaya a ser que tengamos que bajar a la fuerza del mundo idílico que nos habíamos montado.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: llevar minifalda o faldas/vestidos con mucho vuelo. Tampoco es que vayamos a alcanzar velocidades de vértigo, pero el movimiento (y el viento) es inevitable. Para hacer el Marilyn mejor buscar una salida de aire.
Tampoco pantalones demasiado anchos. Serán incómodos y podrán ensuciarse o engancharse.
Elegir tejidos delicados. Cuidemos la vida de nuestras prendas.
Dejar que nuestro maxibolso nos acompañe. Y si además nuestra bici no tiene cestito todavía puede ser más infernal.
Calzarte unos zuecos, chanclas o cualquier zapato que se escape con facilidad de los pies.
Ataviarte como si fueras a hacerte la Vuelta a España. Una cosa es hacer deporte. Pero si eliges la bici como opción paseo urbano-desplazamiento, olvídate de shorts deportivos ni calzado ídem.
Las mochilas. Vale, son cómodas. Pero no, de ningún tipo.
Las bicis de montaña. Bueno, siempre y cuando no te hayas ido a vivir con Heidi. La ciudad requiere bicicletas cómodas de transportar (como las plegables) o que te permitan llevar tus cosas confortablemente, con su cesto delantero, por ejemplo.

Lo encontrarás en: la fiebre de la bici acaba de llegar. Hasta los más reticentes acabarán cayendo. Son estupendas las plegables, que se pueden guardar en cualquier rincón. Geniales las TTORA SL16. Magníficas las de inspiración antigua, como la Retrovelo Klassic Klara, Monty Fashion o Pilen. Modelos urbanos que podrás ver aquí. Elige modelos ligeros y con las cadenas cubiertas o sin grasa, para evitar manchas inoportunas. Aprovecha también la Semana Fantástica de El Corte Inglés.

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