Son muchos los días en los que nos levantamos de la cama con prisa, con sueño de más, con resaca o aburridas de nuestra ropa. En esos días el tedio frente al armario todavía se hace más insoportable, con un “¿¿qué me pongo??” gigante flotando entre las perchas. Pasan los minutos de manera acelerada y con ellos aumenta la presión de llegar tarde al trabajo o a la cita apresurada de turno. Para esos momentos-urgencia es recomendable echar mano de recursos básicos y rápidos. Nada de lo que nos vayamos a poner nos convence porque es uno de esos días catalogados como NO, así que lo mejor es actuar de manera conformista con las prendas y recurrir al poder magnífico de los accesorios para salvarnos. Ahora que llega la primavera (y digo llega porque a muchos lugares de España sólo ha llegado al calendario), repetiremos más de una vez la terrible frase de “no sé qué ponerme”. Veremos, pues, cómo solucionar una mañana horrible ante un armario ya aburrido.
La clave es utilizar prendas básicas, normalmente anodinas y que conforman nuestro fondo de armario. Aderezarlas con buenos complementos será la solución. Las propuestas son infinitas:
- un jersey de punto fino, manga corta abullonada, escote redondo, largo, con elástico ceñido a la cadera y de color negro. Con un pantalón pitillo. Lo alegramos con un collar de eslabones, de pasta, exagerado.
- otras opciones pasan por una camisa blanca con pantalón. El toque lo pone una chaqueta de esmóquin y una cartera de mano XXL.
- también es factible personalizar esa camisa blanca con un foulard espectacular. O unos pendientes grandes. O un cinturón de gran hebilla.
- un jersey de punto fino o una camisa de manga corta o francesa con unas guantes mini son de lo más coqueto.
Tampoco te olvides de que un buen corte de pelo y un buen maquillaje ayudan en esos días “no me gusta nada”. Tez despejada, aterciopelada, máscara de pestañas y rouge para ser igualmente divina que con un vestido espectacular.
El gran toque lo ponen siempre los zapatos y el bolso. Por muy sencillo que sea nuestro look unos bonitos zapatos y un buen bolso se encargan de convertirlo en realmente especial. Siempre son recomendables los zapatos de Pepe Castell, los bolsos de Francesco Biasia y los complementos, en general, de Hoss Intropia.
Que nuestro armario se haya vuelto aburrido no significa que se nos haya acabado la creatividad. En esos momentos críticos nos damos cuenta, más que nunca, de que una buena inversión en complementos es tan importante (o más, según los casos) que llenar las perchas de ropa que en ocasiones, ni combina entre sí. Hagamos caso a Mariah Carey: ¡larga vida al zapato!
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: sobrecargarte con collares exagerados, pendientes, cinturones, bolsos aparatosos, zapatos con hebillas, pulserones y foulard. Tranquila: no se esperan rachas de viento tan potentes.
Si eliges un look sencillo, vigila el calzado. Aunque terminemos adquiriendo los zapatos en Blanco porque nuestras maltrechas economías no nos dan para unos Pura López, compra de manera racional y elige aquellos que se vean menos cutres. El tema plasticoso y charoleitor de pega no es recomendable. Los pies dicen mucho de la gente. Así que no lleves ni zapatos sucios ni cutres a la vista.
Lo mismo con los bolsos. La polipiel no es elegante. Si no te da para hacerte con un buen bolso de piel, y Tod’s es inalcanzable, la loneta, las paillettes y cualquier otro material similar pueden ser una solución apañadita. Lo mismo con las falsificaciones. Vigila siempre los materiales, a veces no es sólo cuestión de marcas y precios altos.
Renegar de la sencillez. Si te levantas un día con el pie izquierdo no intentes dar con el estilismo perfecto. No lo vas a conseguir. Así que dejar de mezclar a lo loco y decántate por lo básico. Siempre se acierta.
Camisas blancas con cuellos sucios o rozados. Una camisa blanca de Mango o de Zara no es cara. Renovémoslas antes de que se pongan amarillas y asquerositas.
Lo encontrarás en: el jersey es de French Connection, en Hameväki. El collar, de Sfera.