Memeorizando

Parece que esto de los premios y de los memes no es algo puntual. Más bien, todo lo contrario. Pululan sin cesar por la red. Blaudemar me ha nominado a uno, y como alguien dijo alguna vez, sirve para que nos vayamos conociendo poco a poco. Me voy acostumbrando a esto de los memes, así que lo haré de nuevo. Como una manera de agradeceros vuestras visitas, como un detalle hacia Blaudemar, que me ha nominado, y sobre todo, para que sepáis algo más de mí. De Cocó de El Estilario. Que creo que hay alguien por ahí que se llama como yo.

El meme pre-fin-de-semana versa sobre la memorización, el recuerdo y evocación del mejor y del peor regalo que haya pasado por mi mano. Tengo que admitir que me me encantan los regalos, y que siempre los recibo como algo muy especial. Principalmente cuando no me lo espero (¿verdad, hermanas?) Suelo encontrarle utilidad a todo, y lo guardo todo, por lo que me parece bastante complicado encontrar uno de cada que destaque sobre los demás.

Con esto, he optado por decantarme por aquellos que me hubiesen causado la alegría más duradera y el que me produjese el trauma más marcado. De entre los muchos existentes a lo largo de mis días, los que colocaría en el podio son los siguientes:

El mejor regalo. A las personas no se las cuenta como regalo, con lo cual reduzco la posible lista de buenos regalos. Podría hablar de prendas especiales, complementos maravillosos y además, no esperados, viajes u otros objetos. Pero creo que el número uno, el mejor regalo de mi existencia por excelencia, es la Barbie 10º Aniversario vestida por Pertegaz. Todavía la guardo, con aquel impresionante vestido rojo. Venía en una caja grande, guapísima y elegantísima. Qué majos son los Reyes Magos. Siempre me han caído bien.

El peor regalo. Para que sea peor tiene que asociarse también a una situación no demasiado positiva. Además de ser algo que te sorprende por lo absurdo que es y por lo poco que te gusta. Por eso le otorgo, por una vez desde que existe, el protagonismo que al menos hoy se merece: un CD de Mark Owen que se llamaba yo-que-sé porque no me apetece ni rebuscar entre los cientos de cd’s que tengo. El peor que he escuchado en mi vida. Mark Owen, aquel personajillo (no por nada, es que era de reducida estatura) que salió de los Take That o algún grupo similar y que iba de rollo alternativo-soy-un-oasis-o-un-blur-o-lo-que-cuadre-con-el-british-que-está-tanto-de-moda. Ya sabéis que con eso del “quiero y no puedo” pues… no puedo. Tampoco en música.

Dos intimidades más de mí. Ahora os toca a vosotras, en este caso. Así que Lulaila, Bea y Maba (para que vayas tocando todos los palos de este mundo), os toca retrotraer momentos y hacernos partícipes de ellos.

Mientras, disfrutemos del fin de semana. Y si es con una copita de Möet&Chandon Rosé, mucho mejor.

Seguid tan guapas.

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