Mientras estaba de vacaciones, Luanova me nominó a un meme muy reflexivo. De esos de exprimir las neuronas. Se trataba de comentar cinco reflexiones propias, cinco que formen parte de nuestro filosofía de vida. La verdad es que no soy mucho de sentar cátedras vitales, pero bueno, ahí van.
Para comentarlas, me voy a poner cómoda para pasear mientras me las pienso. Para caminar sin saber a dónde voy. Probablemente, termine de compras… o leyendo en algún banco. Así que para ello:
- Busco una camisa de algodón de corte romántico, de cuello mao y la combino con unos pantalones o bien pitillo o bien jodhpur. Unas bailarinas, el bolso que me resulte más cómodo y una chaqueta de punto, mangas farol y capucha para el fresquito tardío. Si apago el móvil, aún podré pensar con más calma.
Y así, allá voy.
- La primera es que hay que vivir y dejar vivir. Si así fuera, habría mucha más armonía en el mundo. No entiendo de envidias, de gente que no se alegra de los éxitos de los demás, de complejos… Hay que mirarse más a uno mismo y dejar de prestar atención a lo que hacen los demás. Se tiene ya bastante con la vida propia.
- La segunda es que no hay nadie como la familia. Es la que siempre está ahí, la que comprende, la que perdona, la que no traiciona, la que se alegra y sufre contigo… siempre de manera incondicional. Así que es bueno que cuidarla cada día.
- La tercera es que no hay nada que no tenga solución, salvo la muerte. La dice mucho mi hermana, y no puede tener más razón. Eso de vivir agobiado al mínimo problema no sirve de nada. Hay que luchar por intentar solucionarlo, pero ahogarse en un vasito de agua… no lleva a ningún lado. Gente con problemas más gordos no se rinde, no tira la toalla.
- La cuarta es si te esfuerzas por conseguir lo que deseas, llegas a ello. Los sueños se cumplen si se pone empeño, si se trabaja. Con mucho tesón todo es posible. Y si no se cumplen, al menos se habrá intentado, que de eso se trata. Y también se trata de seguir soñando, que no hace mal a nadie.
- La quinta y última, es que hay que equivocarse. Es genial equivocarse, meter la pata, hacer cosas de las que arrepentirse… pero sin arrepentirse. De los errores se aprende, y además constituyen una experiencia vital fundamental.
Con tanto esfuerzo mental creo que esta tarde me he ganado una siesta. ¿Se apunta alguien?
Besísimos.
No se te ocurra: salir a pasear en tacones. Ni el Compeed podrá arreglar el desastre.
Abrigarte mucho si vas a caminar largamente. Al final tendrás calor y será muy incómodo.
Ponerte vestidos o faldas livianitas y ligeritas si vas a caminar cerca del mar… podrá jugarte una mala pasada el viento.
Una blazier. Demasiado encorsetada.
Salir en chándal. No es necesario caminar vestida de chándal. El chándal ni para hacer deporte.
Y sobre todo, vive. Vive de acuerdo a tus deseos, no de acuerdo a los que te inculcaron o a lo que se supone que debes hacer. Vive como te gustaría hacerlo porque es la única manera de ser feliz.
Lo encontrarás en: la chaqueta es de Max Mara. El conjunto de la derecha, de Purificación García.
Por cierto, no os perdáis hoy el post que Baballa dedica al servicio de e-Style Assistant. ¡Muchísimas gracias, Lucía!