La bola de cristal

Entre las novedades que harán furor en escaparates, anuncios y revistas a lo largo de esta temporada, asoman tímidamente los básicos. Ésos que siempre nos salvan la vida (principalmente, al llegar esos últimos meses en los que estamos agotadas de ver una y otra vez las mismas prendas colgando de las perchas; o en las mañanas invernales, perezosas de ganas de pensar estilismo nuevo), que van con todo y que al ponerlos día tras día nos damos cuenta de lo mucho que los estamos amortizando. Sin que ello signifique que vayamos siempre vestidas igual. Porque tienen ese don del camuflaje, de la discreción. Algo que los encajes y los chalecos de pieles no podrán nunca conseguir.

Es octubre y toca cambio de armarios. Con ello, el concienzudo análisis de qué hace falta y que no para una cómoda temporada. Y con la crisis que tenemos más encima que lejos, mucho más cuidadín que tendremos que tener. Veamos cuáles son las prendas más versátiles para esta temporada otoño-invierno que nos aguarda.

No sólo es importante ser críticas con el contenido de nuestros amarios. También que lo seamos con nuestros hábitos de vida, para poder rentabilizar al máximo las compras. Con ello, (y a grandes rasgos) propongo un armario básico que cada uno aderezará en función del estilo que le caracterice. A saber:

  1. Un pantalón ancho, masculino (como dicen algunos, baggy). Con pinzas delanteras y de cintura muy alta. En lana y mejor en tonos grisáceos, aunque se aceptan las gamas de los verdes. Si mi manera de vestir no es nada seria, me lo puedo poner con zapatillas tipo All Stars (sí, lo sé, pero que alguien me avise cuando aparezcan algunas que me permitan desbancarlas).
  2. Un abrigo. Si mi estilo es informal, uno corte militar de doble abotonadura delantera, como los de Springfield. Si voy más chic, uno de corte globo, por la cadera. Por delante con cuello chimenea y por detrás, abullonado y ceñido en la parte inferior. O de doble abotonadura y sin cuello. Geniales las coloristas propuestas de Masscob. Tampoco está mal la versión gris de Massimo Dutti. El abrigo que elijas no tiene por qué ser negro-azul-marino-marrón. Atrévete y este año cómpratelo de color azul tinta, fucsia, morado, verde…
  3. Un bolso. Para gustos. O bien uno midi de piel guateada, en crudo, como los de Marc Jacobs. O una bolsa grande, de piel blanda.
  4. Unos guantes. Fundamentales de piel. Y de colores. Gran variedad en Uterqüe.
  5. Unas medias. De punto de algodón y caladitas como cuando éramos pequeñas. En gris son fantásticas. Y si te atreves, cómpratelas estilo calcetín alto bajo la rodilla y póntelas con vestidos y botas planas de piel blanda.
  6. Unos zapatos. Pueden ser unos oxford de cordones y tacón. O unos mocasines masculinos. Ambos son fantásticos con pantalones, pero con un vestido de seda, medias opacas y rouge muy rouge, pues fantásticas para una fiesta.
  7. Una chaqueta de lana. O punto muy grueso, pero que sea gordita y larga, muy polivalente. Vale tanto con un vaquero y mocasín + camisa blanca como con un vestido de seda y botas para informalizarlo.
  8. Unas botas. Y mejor si son planas y no son amazonas. Y si va más con tu estilo, pues unas de ante con flecos. Pero planas.
  9. Vestidos. Al menos un par de ellos. Elige los que sean más multidisciplinares posibles. Que te sirvan para ir a trabajar, como para ir a un cóctel como para salir de cena. Uno en corte túnica, no demasiado corto, con manga francesa y estampado. Maravillosos los de Stella Forest, Routzou o las propuestas de H&M. Y otro, liso, sin mangas (para que funcione también como pichi cuando no queramos ir arregladas). Si es de algún color, como el naranja, mejor. Me encantan los de Comptoir des Cotonniers.
  10. Las novedades del momento. Pienso que las más aprovechables serán el estilo folk, que lo puedes llevar en vestido (echad un vistazo a Manoush). O el tejido de cuadros y el tartán. Pull&Bear y H&M tienen propuestas muy buenas en camisas y vestidos de este estampado y tejido.

Y mucha fuerza de voluntad para no dejarse tentar por cosas que no llevemos en nuestra lista de necesidades. Principalmente porque nos obligarán a tener que comprar más para intentar combinarlas (si no están en nuestra lista es por algo). Tampoco lo que sepamos que no nos favorece.

No hagáis sufrir a la Visa ni a la Mastercard. Que al final, la que paga es siempre la misma…

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: El baggy con tacones. No lo veo. Si es de inspiración masculina, que alguien me diga que hombre que no sea Miguel Bosé se viste con tacones.
Los oxford de tacón son de tacón. Sin medias tintas. Nada de taconcillos de abuela. Sino, planos. Además, han de ser estéticamente originales, bien por el material, bien por el acabado o por el color. No compremos aquéllos que parecen recién salidos de los almacenes oscuros de la zapatería número 4.
Invertir en unas amazonas. Han tenido su momento. Sí, lo sé, vienen mucho, pero sólo úsalas si las tienes de otro año. Si te vas a comprar unas, piénsatelo antes. Están por todos los rincones.
Botas de taconazo y flecos. Las botas de ante con flecos son magníficas planas, incluso de corte botín. O con un taconcito pequeño. Pero ese rollo Raquel Mosquera recargado de taconazo y flecazo y antazo y todo lo más. Pues no.
Un abrigo beig, simplón, sin nada especial. O marrón… brrrrr… No por ser más liso y terrorífico inspiración Rotermeyer le vamos a sacar más partido.
Llamarle tartán a todos los cuadros. Hay estampados de cuadros y tartán. El tartán es un tejido escocés que se caracteriza por su estampado de cuadros que se entrecruzan entre sí y por ser de lana. Es decir: lana+cuadros. Como las falditas del cole, vaya.
No voy a ponerme otra vez pesada con las medias y los gastos inútiles… pero ya sabéis mi parecer al respecto.
Comprar cosas que no se adaptan a nuestro estilo de vida. Quiero decir que de nada sirve saber que hay que tener un vestido negro de cóctel en el armario si nunca hemos ido ni tenemos perspectivas de ir a ninguno. O comprarnos un plumífero si nuestro invierno dura apenas un mes y nunca vamos a ciudades con frío o a la nieve. Nunca te comprarías un taladro si no supieras usarlo por mucho que el Bricomanía nos digan que hay que tener uno porque son muy útiles.
Jugar al mezcladillo. Vale que la cosa está muy mala, pero combina con acierto. Los tejidos también dicen algo, y hay cosas que no se deben de hacer. Como ponerse unos stilettos (que vuelven con fuerza) con un vestido de corte túnica y estampado muy pop. Si ya tienes los stilettos en casa y los quieres amortizar, invierte entonces en una falda lápiz de cintura alta.
Y cuidado con los vaqueros, que no se lo tragan todo. Seamos consideradas.

Lo encontrarás en: el pantalón es de Stella Forest para H.A.N.D. Los mocasines, de Uterqüe.

A modo de post data, debo recoger los premios que amablemente me han otorgado Nona, Yose, Mrs. Fruticienta y A*. Sois un amor. Tan guapas por dentro como por fuera. Reotorgaría el galardón, pero he tardado tanto que creo que ya está más que repartido. En cualquier caso, es para ti que ahora me lees. Un beso, flor.


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