Por segundo año consecutivo despido el año desde aquí. Me parece mentira llevar ya tanto tiempo pegada a las teclas, acercándome cada día un poquito más a los que leéis éste mi espacio. Por eso, no podía dejar de desearos mil cosas buenas (no todo van a ser “no se te ocurra”), mil y un infinito de cosas buenas a todos y todas. Tanto los que leéis y comentáis como los que sólo leéis. A fin de cuentas, sin vuestra presencia esto no tendría sentido alguno.
Se acaba un año para mí realmente bueno. Con muchas sorpresas positivas. Un año que podría incluir en los años de recuerdo. Y que deseo sea la antesala de otro al menos igual de bueno (que si eso no sucede y viene peorísimo, al menos sabré que lo bueno existe). Entre las cosas buenas que ha tenido, están las de poner cara a gente maravillosa que en ocasiones también se prodiga por aquí, como María, Baballa, Maca (con la que incluso compartí habitación!), Bea, Xavs, La Condesa, Andrea, Elle o Marta Mos con las que compartí algún que otro momento simpático. O la de encontrar a gente tan cercana sin saberlo como Di, Desideria, Luanova (las tres taaaan cerca), Noelia, Lina, Iria, Cloe o Patricia (que aunque sin blog, pude ponerle cara una mañana, en un stand); que estamos unidas entre otras cosas, por la tierra. Seguir hablando con otras que ya había conocido y con las que descubres que aún sin verte nunca, cuando lo haces tienes incluso esa confianza que te permite ser natural, como a Bea, Nimenos o Yose. Y cómo no, desear conocer en persona, reirte y hablar con otra gente con la que te emocionas y diviertes, como Patricia, Lusi, Anita, B* o Sandra, o que lees a menudo y admiras como Jose Airam, Mariona, Lujosa, Raquel, Ariadna, Mireia, Holly Go, Ro Melo, Maca, Miss at la playa, Bárbara, Carmeron, Lorentzo*, María, Trendy o Lorena. Y por supuesto, a mi gran Maba. Que es tal cual ella, en esencia, y que gracias a su diario puedo sentirme más cerca, como si habláramos cada día.
Estoy segura de que me dejo mil. Espero que me entendáis, no es intencionado. Aunque se me hayan olvidado, estáis también en mi día a día.
Y la mención final, no podía ser para que otra que no fuera ella. Con la que trabajo cada día, pero con la que también me río y mucho. Eres la mejor, chata.
A toooodo el mundo, feliz año. Feliz noche. Por muchas más y todas mágicas.
Besos,
Coco