De los términos quizás más usados en el mundo de la moda, está el de fondo de armario. Y digo usado, porque es nuestra mejor disculpa cuando vemos en una tienda el capricho de nuestra vida, ése ante el que queremos justificar el gasto (a veces, sin sentido) que vamos a hacer autoconvenciéndonos al decir: “es que es un fondo de armario”. Y claro está, a veces tenemos el armario relleno de fondos que no nos vamos a poner jamás. Así que, vamos a enmarcar bien el término.
La definición
El fondo de armario hace referencia a un conjunto de prendas atemporales, de calidad buena o muy buena, que por su diseño y color neutro se adapta a múltiples combinaciones y situaciones. Con esto, prendas en colores excesivos, estampados o adornos no serán consideradas como fondo de armario.
Un fondo de armario no se encuentra el primer día que salimos a la calle a comprar. Es un trabajo más de encuentros fortuitos. Se va construyendo poco a poco y que sea atemporal no significa que vaya a durar toda la vida. El fondo de armario hay que usarlo. Por muy neutras que sean las prendas, las modas cambian. Y los cuerpos, también.
Es importante también, tener en cuenta que no existe el fondo de armario tipo. Es decir, hay una serie de prendas que son las que lo conforman por definición pero que no implica que todos, obligatoriamente, tengamos que tenerlas en el armario. Siempre elegiremos las que se adapten a nuestro estilo de vida. Las que nos vayan a resultar útiles, que de eso se trata.
Qué es un fondo de armario
El fondo de armario clásico está formado por:
- Un vestido negro estilo cóctel: es decir, un vestido de largo a la rodilla y no demasiado escotado. En función de la edad, será justo encima o justo debajo de la rodilla. Y por lo mismo, con manga o sin manga. Preferiblemente entallado (o con la forma del cuerpo, siempre en función de nuestra morfología) y de buena caída. Nada de brillantismos ni variados del cutrerío.
- Unos zapatos negros, de corte clásico. Como no van a durar toda la vida (el fondo de armario está para usarlo) por una temporadas recomendaría un salón negro de ante.
- Un pantalón negro. Dependiendo del cuerpo y el estilo, puede ser un clásico corte sastre, un baggy o incluso un pitillo negro. Un básico que combinar y poner para salvarnos de urgencias varias, que de eso se trata.
- Una camisa blanca. Mejor de corte masculino, en popelín. Sin lycras ni historias raras.
- Una falda negra. Igualmente clásica. Mejor corte tubo o lápiz. Siempre y cuando usemos falda, claro.
- Unos pantalones vaqueros. Nunca son suficientes, es evidente. Pero un par al menos, hay que tener.
- Un buen bolso, en negro o camel.
- Un abrigo, en negro o camel.
Hay otras prendas que también serían consideradas fondo de armario, como un clutch o unas sandalias de fiesta.
Son estas prendas, aderezadas con los accesorios convenientes, podríamos pasarnos el invierno (y casi la primavera) perfectamente bien vestidas. Eos sí, si nunca tenemos ningún acto festivo, ni cenas, ni salidas; el vestido negro no será necesario. O si nunca vamos en falda, ídem con la falda.
Qué NO es un fondo de armario
- Las prendas cutrerío. No hace falta que vayamos a grandes firmas, pero las prendas que lo conformen han de ser aparentes. Con una buena caída y evitando los charoles y plastiquetes en zapatos y bolsos.
- Prendas capricho con tachuelas o estampados de temporada. No van a permanecer mucho en el armario, así que no les llamemos fondo de armario.
- Tampoco las prendas básicas. Una camiseta blanca o una chaqueta de punto son básicos, no fondo de armario.
- No renovar prendas porque son fondo de armario. Ojito, que fondo sí, pero no inmortal. También envejece y pasa de moda.
Lo encontrarás en: el vestido de cóctel es de Purificación García. Los salones, de Zara.
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