Podemos decirlo así, de esta manera tan fina. Podemos llamarla clutch. Pero estaremos diciendo exactamente lo mismo que hemos dicho siempre y seguirá siendo igual.
La definición
Un clutch es simplemente una cartera de mano. Un bolso de mano disponible en diferentes tamaño y acabados, pero siempre con el denominador común de ir en la mano. Su origen se remonta ya al siglo XIX, y es un imprescindible para fiestas varias y temas más formales.
Cómo combinarlo
El clutch o cartera de mano suele ser el recurso fundamental para bodas o fiestas de noche, acompañando a un vestido. En su versión joya le dan un aire diferente a un sencillo vestido negro. Si las elegimos de rafia funcionan como el complemento perfecto para un vestido largo de verano.
Para temas más informales podemos usarlas igualmente. Más grandes, de piel, ante o tejido, con un vaquero y una blazer. O con un baggy y blusa de seda.
Por muy pequeñito que sea, es un complemento fundamental al que prestarle atención. Porque tanto puede ir genial como cargarse todo el conjunto.
No se te ocurra: el plastiquismo. No es una cartera de mano el petróleo convertido en pieza que venden en determinadas tiendas de color impoluto.
Si vas a necesitar ambas mano, olvídate de la cartera de mano y busca un bolso pequeño pero que puedas llevar al hombro.
Aprender a llevar una cartera de mano es fundamental. No es una barra de pan, ni tampoco un trapo sucio que haya que coger con dos dedos. No la ensobaquices. Limítate a cogerla con naturalidad, con la mano. Por eso es de mano: no de dedos ni de sobaco.
Si hay tanta variedad es porque también se tiene que adaptar al conjunto y al momento. Así que por mucho que sea de McQueen no vale para ir a trabajar. Ni al gimnasio. Ni a la compra. A no ser que compres arte en subastas privadas, claro.
Lo encontrarás en: la cartera de mano es de Bimba & Lola. El conjunto de la derecha, de Hoss Intropia.