Hoy el tema va de pies. Y de un capricho que tengo desde hace un par de años que por fin se puede encontrar con mayor facilidad. Un básico para esta temporada, para no despegarse de ellos: unos salones en nude o en beige.
Salones en el sentido estricto de la palabra: escotados, con una leve punta, tazón fino de altura media, y mucho mejor si son de ante. Perfectos para llevar con las piernas desnudas y ligeramente broncedas (o blanquitas, que casi me parecen hasta más ideales que con las piernas ultramorenonas). Me pueden encantar con casi todo. Casi todo: porque de vestidito de playa con salones mejor nos olvidamos. Que no se nos pase tampoco por la mente lucirlos con medias transparentes. No los matéis.
(Y digo salones. Que sí, que están los peep toes, que están los salones de tacón cuadrado, las sandalias y mil más. Pero mejor salones. Y si dejan ver el nacimiento de los dedos de los pies, mucho mejor).