El otro día os contaba que estaba encantada con mi nuevo descubrimiento para limpiar la cara en profundidad dos días a la semana. Y hoy os voy a contar cómo me desmaquillo cada noche.
La rutina que tengo no ha variado apenas desde hace años. He incorporado algún producto nuevo, que antes no existía, pero básicamente es la misma. Lo fundamental es que nunca nunca nunca me voy a la cama sin desmaquillar. Aunque vea doble porque viva la fiesta la noche me confunde.
Como mi piel es seca, sensible y con tendencia a la rosácea; soy poco experimentaria. Me funciona muy bien esta rutina:
- Primero me desmaquillo los ojos. Impregno muy poquito un disco de algodón con el desmaquillante de ojos de Amie (aunque mi preferido sigue siendo el clásico de Sephora), muy suavemente. Dejo el disco unos segundos sobre las pestañas para que se ablande la máscara y la voy retirando sin frotar. La piel del contorno de los ojos es muy sensible, así que no debemos tratarla con dureza.
- Luego cojo una pequeña cantidad de la leche desmaquillante Toleriane de La Roche-Posay y con las manos la froto por cara y ojos. No pica ni irrita, así que también me la paso por los ojos. Luego con un disco de algodón la retiro suavemente.
- Después echo un poco de agua micelar Ultra para pieles sensibles de La Roche-Posay en un disco de algodón y la voy pasando a toquecitos por cara y ojos. Tampoco pica nada, es muy suave, muy agradable, huele fenomenal y deja una sensación de limpio estupenda.
- Por último, el agua termal de Avéne. Spray por toda la cara y seco con un disco de algodón.
Así me queda la cara limpia limpia. Lista para aplicar hidratante y lo que surja. Adicionalmente, dos veces a la semana la limpio con el jabón negro de Natura Sibérica y una vez cada dos semanas, la exfolío.
Piel solo tenemos una. Y tenerla limpita es tan importante como todo lo demás.