De buena esperanza

El estado que pone a las mujeres guapísimas (aunque la protagonista siempre se vea fatal) es el del embarazo. Una renovación total que sienta fenomenal para la piel y que además tiene uno de los finales más felices: el de dar vida. En este maravilloso momento se encuentra Maya, que pregunta ideas para vestir ahora que su cuerpo ha cambiado y la ropa habitual ya no le sienta bien. Le preocupa sobre todo vestirse para ir a trabajar estando embarazada.

En la actualidad un embarazo no es un problema estilístico en absoluto. Antes había que disponer de un altísimo presupuesto para vestirse porque las opciones eran limitadas. Ahora, las grandes firmas comoZara, proponen prendas para futuras mamás en sus primeros meses de embarazo; otras como Mit Mat Mamá, Prénatal o Benetton disponen de una sección especializada para este estado. Sin contar que las tendencias facilitan las grandes barrigas con sus blusones, chaquetas amplias, vestidos túnica y demás. Es más, con un vaquero y un pantalón sastre adaptado combinado con blusones y maxicardigan ya tenemos el armario solucionado.

No es necesario renunciar a nada. Por ejemplo:

  1. Para ir a trabajar: un vestido es siempre la opción sencilla. Si nuestro trabajo exige un código sobrio, lo elegiremos en tonos neutros, sin estampar. Con un maxicardigan para los aires acondicionados y una bailarina para las largas jornadas. Otra opción puede ser la de un pantalón sastre con un blusón amplio y un foulard estrecho alrededor del cuello. Hasta que no tengamos una barriga más grande, podemos ponernos incluso blazier abierta.
  2. Para una tarde de paseo: una falda, tanto estampada como vaquera, con una camiseta de algodón larga en estampado navy y un broche.
  3. Para una noche de cena: un pitillo tobillero con un blusón estampado de manga francesa o corta, de seda y collares largos. Una sandalia de cuña y un bolso de mano con cinta a la muñeca.

En realidad, la mejor actitud es no cambiar de ídem. Tenemos que seguir pensando con estilo aunque nuestro cuerpo no sea el mismo. Cambiamos de talla, no de personalidad. Y se nos seguirá viendo bellas siempre y cuando nosotras nos veamos así.

Besísimos.

No se te ocurra: barrigas al aire. No la engroserices. El ombligo siempre tapadito.
Camisetas apretadas cinco tallas menos. No aproveches la ropa cuando veas que no es de tu talla. Y mucho menos si además las combinas con leggings rodilleros y chanclas. La moda Callejeros no mola.
Estar en chándal todo el día porque no te ves vestida de otro modo. Eso es impensable.
Descuidarte. Estás embarazada, algún día dejarás de estarlo. Y con eso de que “total voy a engordar” no te pongas a comer hasta los 50 kilos de más, ni echarte cremas ni nada de eso. Todo pasa factura, y después del parto te verás mejor si te has cuidado.
Ponerte ropa gigante modelo saco. No tienes por qué ocultarte si ese estado es de los más bonitos y de los que mejor sientan. Mira sino a María, lo guapísima que estaba.
Entaconarte. Cuidar tus piernas es fundamental, así que no las castigues con tacones infinitos.

Lo encontrarás en: ambos conjuntos son de la colección Mamma de United Colors of Benetton.

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