Existen prendas que nos enamoran. Prendas de las que nos quedamos literalmente enganchadas, con las que nos imaginamos todo tipo de posibles usos, a las que deseamos rendir pleitesía desde hoy hasta el fin de los tiempos. Y aunque esto sea una exageración, sabemos con seguridad que encontrar LA prenda nos libra de más de un quebradero de cabeza. Así lo ha visto Patricia el día que se hizo con esta maravillosa blusa blanca.
Esta blusa, de seda y que cierra a la espalda, se puede convertir en un básico maravilloso. Es blanca, lo cual suma puntos para la candidatura. Y además, tiene un corte muy especial que la convierte en apetecible. La llevaremos de múltiples maneras:
- Para una noche de fiesta. Para ello, con una falda de paillettes, sandalia-botín, cinturón ancho cubriendo la cinturilla de la falda, chaqueta esmoquin y cartera de mano en color rubí.
- Para un día de trabajo cómodo. Con un pantalón de corte masculino pero tobillero. Botines altos de cordones o unos oxford y abrigo de grandes solapas, sin cinturón y sin abotonar.
- Para un día de trabajo elegante. Con una falda lápiz de lana fría en gris, cuñas de cordones, un chaquetón de astracán o trench, y guantes mini en verde jade.
- Para un día de trabajo relajado. Con unos pantalones harem y botas por la rodilla.
- Para una noche divertida: con una minifalda de cintura y vuelo, en seda rígida + media de minidots y salón negro con plataforma delantera. Bolso de cadena al hombro.
- Para un evento muy formal. Con una falda larga, de seda, en color carmín. Guantes midi de piel en negro (o de ante) y mini cartera de mano también negra.
- Para un día a día cualquiera. Con un pantalón pitillo negro o con una minifalda negra (+ media tupida) y capa de paño. Con el pitillo, botines de tachuelas. Con la mini, botas over-the-knee planas.
Un suma y sigue de miles de opciones. Una magia de la multiplicidad que tan sólo las blusas y camisas blancas poseen.
No se te ocurra: no la macarrices. Es decir, no te la pongas con un legging de vinilo y unas deportivas.
Al estar confeccionada en seda, exige respeto y cuidado. Nada de chabacanadas de botas de hiperpunta afilada y hebillas.
Con botas moteras o Doc. Martens. No le veo el punto.
Tampoco la enñoñices y no te limites a llevarla únicamente con chaquetitas rollo Chanel y perlas en las orejas.
Con un pantalón chino… y jersey a los hombros ya de paso.
Nada de cuadros tartán. Este año son muy Amy: no no no.
Recargarla. Es una pieza tan bonita que no necesita más amiguitos. De lo contrario te la cargarás. Va mucho mejor simplemente con un pantalón y un trench que si la empiezas a llenar de foulard, chaqueta de punto, cazadoras varias y apliques por todos los rincones.
Si tienes mucho pecho, olvídate de este corte. Mejor algo más escotado, es más agradecido.
Lo encontrarás en: el conjunto de la derecha es de Bimba&Lola.