¿Cómo me lo pongo?: Pocas pistas

Volvemos a la rutina habitual. Que la temática de este blog puede que se difunda levemente con los vapores de mi día B, pero lo importante es lo importante. Intentaré que estos días vaya habiendo un poquito de cada cosa. Y ya que estamos, aprovecho para agradeceros todos y cada uno de los comentarios que me habéis dejado en mi ausencia. He percibido vuestro cariño. Algo así, en tiempos materialistas, no sabéis cuánto se agradece. Sois las mejores.

Después de este momento blandengue, comenzamos ya. En este caso, y como no podía ser de otro modo, con el tema boda. Ana tendrá una en la capital, de noche, a finales del mes que viene. Sin embargo, no tenemos más pistas: si es civil o por la iglesia; si es alguien cercano o una boda de compromiso. Con todo, busca sugerencias para este vestido color caqui, que no sabe si llevar con el fajín o no. Con estos zapatos o no. Y con qué bolso. Vamos a echarle un cable, pues.

El vestido, sin duda, gana más con el fajín. Sin embargo, es necesario un fajín más festivo, menos cotidiano. Por otro lado, los zapatos que propone no se los recomendamos en absoluto. No ejercen el contraste necesario:
1. Para el fajín, puede elegir un tejido más especial como la seda. Hacerse un fajín con lazada plana, asimétrica, grande, frontal, en color azul intenso, y colocar un broche de pedrería en plata, en medio de la lazada del fajín. Los zapatos, un corte similar a los que propone (peep toe) o un salón, en el mismo tono que el fajín. O en plata como el broche. La cartera de mano, pequeña y rígida. También en plata.

2. O buscar un tejido brocado en dorado. Un fajín de corte más clásico, como el que lleva, pero en un tejido más rico. Los zapatos, sandalia con aires similares, como las de la fotografía. Una pulsera de monedas o de eslabones (también en dorado), y una cartera de mano rígida, de metal, como las que suele proponer Hazel.

El cabello es un complemento fundamental. Llevar un peinado acorde a nuestro vestuario reforzará el estilo que busquemos transmitir: nos permitirá entrar tanto en un estado diva, como de dulce dama atribulada.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: tejidos en el calzado como la loneta no son demasiado recomendables para una boda, ya que suelen ser más cotidianos. Pasa lo mismo con las suelas de madera, los corchos y las cuñas. Eso sí, estos tres últimos puede pasar si la boda es muy informal, en la playa o en el campo, de vestidos vaporosos, etc. pero nunca para formalidades habituales.
Obligarse a ir de largo si la boda es de noche. Podemos lucir maravillosas con vestidos cortos e incluso, con sencillos vestidos entallados. La fuerza siempre la ponemos nosotras y nuestros complementos.
Cuidado con hacerse un lío con el tema cabeza. Un tocado siempre es bienvenido, pero ojito con pamelas y sombreros varios: son sólo para bodas de mañana y con trajes de chaqueta. En cualquier caso, olvídate de esos sombreros rancios de rafia. Hay mil opciones interesantes más.
Recargarse. No te conviertas en un graffitti humano. Cuidado con colgarse todo lo que tiene uno en casa. Ante la duda, siempre mesura.

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