Nos pasa a veces que nos invitan a una boda. Pero que eso de vernos excesivamente arregladas no nos va demasiado. Y menos, realizar desembolsos inútiles. María José tiene una boda a la que quiere ir sintiéndose guapa pero no disfrazada. Además quiere ir acorde a su edad, entre los 40 y los 50 años.
Para esa boda dispone de un vestido entallado, en azul europa con lunares. Una pieza muy femenina que además está realizada en raso de seda. Por estas razones, informalizarlo será posible siempre y cuando lo hagamos con cautela, ya que el vestido de por sí es elegante y si lo informalizamos a lo loco lo podemos chabacanizar. Según esto:
- La opción muy informal: con unas sandalias de tacón, altas, en cuero natural. Al igual que la cartera de mano, pequeña, también en cuero natural. Para el fresco, una chaqueta de manga corta, sin cuellos, de largo a la cintura, en color blanco roto.
- La opción semi-informal: con unas sandalias con pedrería en tonos azules. Cartera de mano en piel blanda, de color azul marino, en contraste con el azul del vestido. Y para el frío, una chaqueta larga, dos dedos más corta que el vestido. De manga francesa, sin entallar, que quede como a la caída del cuerpo, en azul marino.
- La opción formal: con zapatos en coral, rosa empolvado o color caldero. Una chaqueta en gasa de seda en crudo que puede llevar una pequeña lazada en un tejido de lunares similar el del vestido. La cartera de mano, a juego con el calzado.
En cuanto al cabello, desde melenas sueltas peinadas, con ondas marcadas y una bonita horquilla de bisutería. Hasta con pequeños casquetes de redecilla para las opciones más formales. Y si nos van los años 50, un recogido italiano y guantes de piel cortos serán los complementos ideales.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: Blazer. No funciona con el tejido del vestido. Además, tendrías que llevarla remangada y para una boda en verano no la veo. En todo caso, que sea cortita, de largo a la cintura y te quede muy entallada.
Zapatos estampados son un riesgo innecesario. El vestido es elegante, asumámoslo. No podemos mamarrachizarlo con pruebas erróneas. Unos zapatos en multicolor, con estampados o animal print podrían ser demasiado arriesgados para una boda. Por muy poco arregladas que queramos ir.
Mezclas de colores con cuidado. Igual que con los estampados. Aunque son pequeños, los lunares exigen cuidado a la hora de combinarlos. O van con colores lisos, o con más lunares en negativo. Para mezclas con estampados florales hace falta un análisis más detenido y con más detalle.
Lo más sencillo es una cartera de mano. Pero no desdeñes las bomboneras pequeñitas. Quedan muy bien también.
Lo encontrarás en: las sandalias son de Hoss Intropia.