El peso es una soberana estupidez que no está en absoluto reñido con el estilo. Así que dejémonos de estereotipos, de eufemismos y de complejos y disfrutemos de nuestro físico. Yo por la calle sólo veo gente que tiene estilo y que no, y es lo que importa. Y si empiezo con esto, es porque no quiero que en ningún momento se tergiversen mis palabras. Yo hablo con naturalidad. Los límites los pone quien quiere ponerlos.
Rosa me escribió (y siento de nuevo no llegar a tiempo. Sabéis que cuando el margen de tiempo es pequeño, mejor echad mano de las soluciones El Estilario) para una boda. Ella está gordita y eligió con atino un vestido precioso con un detalle interesante en el cuello. Sus complicaciones derivaban de qué ponerse para el fresquito, qué zapatos y qué ponerse en el pelo.
- La opción de la chaqueta de punto fino, de largo maxi (casi como una especie de abriguito) que puede elegir en un color metalizado como el gris. Una cartera de mano rígida, pequeña, para darle más sobriedad al conjunto, en un color salmón. Los zapatos, una sandalia metalizada, también en plata.
- Otra chaqueta, como las de corte esmoquin. Sin entallar pero con un ligero corte pegado al cuerpo. De solapa abierta, mejor que a la caja, para favorecer la verticalidad del cuerpo. Y en un tono contraste como el berenjena o el vino. Unos zapatos de corte peep toe en ante, también en vino o berenjena y la cartera de mano en rafia clara, por ejemplo.
- Si hace mucho fresco o ya es otoño, las capelinas de pelo corto son otra buena opción. En color visón, con unos guantes midi arrugados para alargar el brazo, de color granate. Los zapatos, unos corte salón de punta redondeada y tacón cuadrado en nude. Cartera de mano de piel blanda igualmente en nude.
- O incluso un abrigo de cuello caja, corte recto y manga francesa para estilizar. En un azul tinta, oscuro. Zapatos y cartera de mano, en nude. Y el tocado, como continuidad en nude y azul.
En el cabello podemos atrevernos con un tocado. Y recomendable de buen tamaño. Si tenemos peso y nos ponemos un tocadito tipo adornito, más pequeño va a parecer con la proporción. Aprovechemos y luzcamos un buen tocado.
Los zapatos merecen especial atención. Si hay un tema de sobrepeso, es importante elegir una altura de tacón y una horma de zapato adaptada a la anchura de nuestro pie. No queda bien el efecto desparrame ni tampoco es necesario ir caminando de forma incómoda.
Por supuesto, no olvidarnos del maquillaje y la peluquería. Que a fin de cuentas, son los complementos más importantes de nuestro look.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: si el brazo no es tu fuerte, no lo enseñes. Hay recursos en forma de gasa, muselina o sedas. Tampoco lo hiperaprietes con el punto. Y por supuesto, los guantes siempre a medio brazo y flojitos. No los vayas a llevar a más arriba del codo con calzador.
Los boleros ni las prendas tan cortas son los más indicados. Realizan un corte óptico que en ocasiones rompe la estructura de la silueta. Mejor chaquetas de la largo a la cintura. Un poquito más largas que un bolero.
Hiperreceñirte. En general, el rollo apretujadísimo no es adecuado. Siempre elijamos prendas de nuestra talla. Nada de escotes pujando por salir.
No renuncies a la faja. Nadie debería renunciar a la faja. Yo soy adicta.
Lo encontrarás en: el vestido de Rosa es de El Corte Inglés. La chaqueta, de Dorothy Perkins.
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