Las bodas de invierno. Particularmente, me encantan. Sobre todo las de diciembre. Las novias van guapísimas, y las invitadas pueden lucir complementos y así convertir un simple vestido en algo muy especial. Ana tendrá una en el norte, con mucho frío, y precisamente en diciembre.
Para la boda, Ana tiene un vestido entallado, de falda tubo, con cinturón fino (que no le gusta) y sin mangas. De color azul marino. Lo fundamental será prestar atención a las prendas exteriores, ya que serán las que se vean durante más tiempo. Según esto:
- Un abrigo en color topo que sea la nota de color. Bajo el abrigo, un look completo en azul marino (medias y zapatos). Sustituiremos el cinturón por un fajín estrecho (que si es del mismo color y tejido que el abrigo, sería estupendo). Un detalle de piel en las manos nos evita tener que llevar cartera de mano. Y si no, pues cartera de mano en azul marino con apliques de strass o en plata.
- Una capa de terciopelo, en rosa palo. Igualmente, medias azul marino tupidas, cinturón azul marino y serán los zapatos los que vayan en rosa palo, como estos de Pura López. Unos guantes cortos, de piel, en un tono de rosa más oscuro que la capa. Y en el cabello, un pequeño tocado.
- O un abrigo de pelo en color visón. O una capelina de visón. Entonces echaremos mano de las perlas, de los guantes largos en color crudo, cinturón más ancho en tostado y zapatos azul marino, así como las medias.
Eso sí, abrigaditas. Que en las iglesias hace frío, en la calle hace frío y hasta que comencemos a darle alegría a nuestro cuerpo, hará frío.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: si te apetecen unas medias tipo plumetti, haz que sean el foco de atención. Es decir, no las coordines con otros estampados ni abuses de los colorines. Son perfectas para un look total en marino, por ejemplo. Para que se vea más especial.
El abrigo ha de ser de boda. No vale ése que llevas a trabajar, que se ve malísimo a la legua y lleno de pelotillas. Tienes que prestarle tanta atención como a la ropa que lleves bajo el mismo.
Guantes de punto, no, never.
Tocado sí. Cutreríos de 2 euros, no. A no ser que tengas menos de 25 años que hasta ahí todo vale. Pero más allá de esa edad, o te plantas algo decente (o que lo aparente, que que sea caro no significa que obligatoriamente tenga que ser estupendo) o mejor vas sin nada.
Invierte en peluquería. No lleves la cabeza hecha un desastre porque se arruinará el conjunto entero.
Nada de cuñas, ni botines, ni abotinados, ni semejantes.
Lo encontrarás en: el vestido de Ana es de Mango. El abrigo color topo es de la nueva colección de Cristina Piña “De Biarritz a San Sebastián”, de gran belleza. Perfecta para momentos especiales.