¿Cómo me lo pongo?: De clarito en otoño

Las fechas trampa: ésas a medio camino entre el calor y el posible frío. Incluso la lluvia. Ésas que están en lo conocido como entretiempo que si nos vuelven locas para el día a día, en cuestión de bodas más nos marean. Cristina tiene una boda en otoño. Y busca con qué abrigarse y qué calzarse.

Su punto de partida es un vestido de escote palabra de honor, entallado hasta la cintura y con volumen años 50 en la parte posterior. En crudo con estampados en azules y grisáceos. Un vestido a prioride aire veraniego que hay que encajar en una estación algo más fresca.

  • Para abrigarnos podemos optar por la consabida y siempre triunfante chaqueta de escote a la caja y manga francesa. De largo máximo a la cintura. En punto de seda con algún hilo dorado, de color crudo. O la mejor de las ideas, teniendo en cuenta el corte del vestido, un bolero de plumas, de marabú, en crudo, cerrado con una lazada en terciopelo, por ejemplo.
  • Dezapatos, elegiremos o un salón, o un peep-toe o una sandalia más sofisticada. Ideal si es en alguno de los tonos en azul del vestido, o del grisáceo de sus estampados. El toque lo ponemos si elegimos las medias en el mismo tono que el zapato.
  • Como cierre perfecto, el tocado, que aúne tanto el crudo como todas esas gamas de los estampados del vestido. Que además creará un precioso conjunto con zapatos y medias.
  • La cartera de mano discreta. Una limosnera en terciopelo en crudo. O rígida, dorada.
  • Y joyas muy sencillas, en dorado. Una pulsera fina, unos pendientes discretos con alguna pieza en azul.

Si arriesgamos con la prenda habrá que arriesgar con todo el conjunto. O parecerá que nos falta algo.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: con tanto vuelo en la falda, nada podrá llegar más allá de la cintura. Por eso los boleros, toreras, estolas y semejantes son lo más sencillo y con lo que resultará casi imposible meter la pata.
Ojito a las medias. Experimentos no. Y ya es otoño, así que no pasa nada por aparecer con medias tupidas.
Colorines es complicado. Si el vestido ya está dibujado, no inventemos metiendo rosa fucsia ni leopardismos.
Si nos apetece llevar guantes, que sean de piel y mini. Nada de guantes de organza. Ni de rejilla, tan de traje regional.
Presten atención en sus casas a los escotes palabra de honor: tienen que quedar siempre en su sitio. Si vas a tener que estar tirando continuamente de él hacia arriba, olvídate de llevarlo. Tampoco lo vistas si tienes mucho brazo, muy ancho. Se evidenciará más. Y si es éste el caso, no cubras tampoco el brazo con un bolero hiperceñido en el mismo.
Chaquetas de lentejuelas. Batiburrillo horroris.

Lo encontrarás en: los zapatos de tacón son de Lodi.

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