¿Cómo me lo pongo?: Contrapuestas

Parece lejos, muy lejos, eso de la primavera. Más aún cuando acabamos de empezar el otoño y todavía nos queda un largo invierno por delante. Sin embargo, si tenemos una boda ahora en otoño y ese mismo vestido queremos aprovecharlo para la primavera que viene, no queda más remedio ponernos algo más planificadoras. Así está Eva, con dos bodas en dos momentos algo dispares.

El vestido que tiene es una pieza de seda en color azul marino con una pequeña manga murciélago. Para la boda de otoño hará frío, por lo que necesita soluciones que contemplen este dato importante:

  • Combinarlo con más azul marino. Un total look en marino estiliza y alarga la figura. Un abrigo de corte capa de manga francesa con botones en dorado. La cartera de mano también en dorado. Las medias tupidas y los zapatos de ante, también en marino.
  • Arriesgar con un tono de temporada como el morado. Un abrigo o una chaqueta de tweed en tonos marino y morado. Media azul marino y los zapatos de tiras anchas en morado. La cartera de mano, también en morado.
  • Más clásica con una combinación que hasta hace poco era impensable: con negro. Media negra tupida como el zapato. Abrigo negro, que puede ser incluso entallado, con un cinturón ancho de pedrería. Y cartera de mano joya, pequeña, también en pedrería.

Para la boda de primavera, si la temperatura ya es suave y hace calorcito:

  • Una chaqueta de manga francesa, de lentejuelas. En plata. Con sandalias también en plata y una cartera de mano de piel en azul marino.
  • O una chaqueta de punto de seda, larga. También de manga francesa. En azul añil, un tono de azul contraste mucho más claro que el vestido. Sandalias en el mismo color, de tacón alto. Y cartera de mano igualmente en azul marino.

Por supuesto, de los complementos no me puedo olvidar. Así que una bonita pulsera ancha y unos pendientes discretos serán fundamentales para que el estilismo quede redondo.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: chales de gasa, seda o similares. Otro asunto son las capitas de pelo en invierno, que quedan bárbaras. Pero esas cosas extrañas que se ponen a los hombros en primavera son demasiado años 90. Dejémoslos morir.

Cuidadito con los mantones de Manila. No se pueden poner alegremente. Para que vayan bien hay que buscarles el aire juvenil o nos harán mayores.

Botines, botas, zapatos abotinados o similares. Nada.

Bolso de mano no significa que puedas llevar ese bolso gigantón que sueles llevar a trabajar sólo porque no lo cuelgas al hombro. Es pequeño. Pe-que-ño.

El pelo cuenta. Y el maquillaje también. Así que tenlo en cuenta a la hora de planificar el estilismo que vayas a llevar a una boda.

Si nunca te has puesto un tocado, no te pases con el tamaño del primero. Vete acostumbrándote poco a poco a ellos empezando con una pieza pequeña, que te resulte cómoda.

Y con los recogidos, como con los mantones de Manila. Que nos echen unos 20 años más es fácil. Con mesura.

Lo encontrarás en: el look de la derecha es de Pedro del Hierro.

Compartir:

Reconecta con tu estilo, contigo y con tu armario

Suscríbete a la Comunidad Privilegio Estilario