El protocolo de las bodas cada vez es más relajado, lo que permite que podamos introducir prendas que no son las habituales, para composiciones un poco más originales y que se adapten más a nuestro estilo. O aprovechar la prenda de las que nos enamoramos pero a la que aún no le hemos encontrado lugar. Como la falda que María quiere llevar en una boda muy especial para ella.
La falda de María es de color nude, larga, con mucho peso por la gran cantidad de volantes que lleva. María quiere algo que vaya con su estilo. No es nada clásica y suele atreverse con casi todo.
Lo fundamental, ante todo, es pensar en el estilo de la falda en sí. Si la falda demanda una combinación concreta, habrá que dársela:
- Con un aire entre preppy y niña mala si la combinamos con una blusa de seda en color coral. Algo con los cuellos claudine o escote a a caja, en manga francesa. Pero elemental, con una buena caída. Para meter dentro de la falda. El punto niña mala lo pondremos con un cinturón ancho tipo fajín para cubrir la cinturilla de la falda. Un cinturón ancho que combine cuero (de color cuero con dorado) con piezas doradas, o totalmente dorado (incluso rígido). Zapato de tacón en el mismo tono que la falda, para que ópticamente haya conjunto. Cartera de mano dorada. Anillo grande en el índice en dorado y coral. Cabello recogido muy informal, con ondas muy sueltas (como el que Tiziana Domínguez llevó en su boda, por ejemplo), una horquilla con forma de mariposa en color dorado y coral en el recogido.
- Más atrevidas si nos ponemos un top asimétrico, en raso de seda, completamente liso, de color gris perla. Con varios brazaletes de plata vieja en el lado del hombro descubierto. Zapato igualmente nude. Cartera de mano de piel blanda en tamaño medio, también en gris. Y el cabello suelto, con la onda peinada, marcada, y recogido ligeramente sólo de un lado. Los pendientes, en este caso, algo mayores a lo habitual.
Y al igual que nos atrevemos con las faldas, por qué no también con los pantalones. Pantalones en las bodas me encantan, particularmente. Y bien combinados pueden ser de lo más elegante.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: más nude. No por nada. Simplemente porque es una boda y a una boda no se va de colores casi blancos en un total tan clarito.
Más volantes. Que la falda los tenga, que la boda sea en Andalucía y mil disculpas más, no permitirán llevar exceso de volantes nunca. No es un traje de flamenca.
Por la misma razón, olvídate de plantarte una flor de flamenca en el pelo. Es tan años 90…
Los tocados no caben con esta falda. Ni siquiera las diademas, ya que corres el peligro de parecer demasiado ñoña.
Cuidado con el largo. Siempre ha de llegar al menos a la mitad del tacón. Ni dejar el pie al aire ni tampoco pisarse la falda continuamente. Busca una altura que sea la adecuada.
No te sobrerrecargues. Con los volantes es fácil pasarse la línea de lo elegante y saltar a lo mundano.
Lo encontrarás en: la blusa color coral es de Sandro.