Poco a poco las rebajas van perdiendo fuelle y dejando espacio a lo que viene. Pero entremedias, la paciencia nos puede premiar con estupendas sorpresas en forma de buenos precios + buenas prendas. Eso sí, en ocasiones nos cegamos tanto por el capricho al fin encontrado, que olvidamos lo fundamental: con qué y cómo me lo voy a poner; y fundamentalmente la pregunta estrella: ¿está hecho para mí? Montse sucumbió al ver este vestido y ahora la asaltan dudas, ya que por su estatura y la talla del mismo, algo mayor que la suya habitual, le dificultan un poco sacarle el máximo rendimiento. Vamos a ayudarla a minimizar este problema de tallaje.
El vestido es de seda, estampado y con el escote redondo amplio y las mangas estilo globo. Con este corte podemos darle un aire bohemio que permitirá que el hecho de que sea una talla mayor no sea un problema. Para ello lo más importante será colocar el escote de manera asimétrica, ya que al ser más grande va a ser incómodo que se mantenga siempre en el mismo sitio. Así que si ya dejamos un hombro al aire este contratiempo desaparece. Si sigue siendo demasiado grande y corremos el peligro de que se vea más de lo deseado, lo solventamos con una camiseta de tirante fino bajo el vestido. Opciones de uso:
- Si quiero un versión nocturna: con las sandalias de tacón que propone y el cinturón a la cintura. Si lleva un maxicardigan de punto fino, potenciará ese punto bohemio y quedará justificado el hecho de que nos quede algo más largo de lo habitual. El pelo recogido ayuda a estilizar.
- Si quiero una versión diurna: atacaré por el lado más bohemio. Lo ablusonaré todo lo que pueda y colocaré un cinturón a la cadera. Para que no se me vea muy ancha con tanto vestido abullonado, puedo colocar un chaleco de largo a la cintura, que vaya en sintonía con la estética hippy que quiero meter al vestido. En los pies me calzaré unas botas de media caña. Y cierro con un borsalino.
Finalmente, cabe la posibilidad de acortarle el largo si nos seguimos viendo poco estilizadas. Todo con el objetivo de que nos sintamos cómodas con nuestra compra.
Besísimos.
No se te ocurra: comprar de manera irracional. Ni en rebajas ni fuera de ellas. Es esencial mantener la cabeza fría en el probador y no dejarnos llevar por arrebatos. Lo que dentro nos parece impresionante, en casa seguro que lo vemos más normal. Es el poder asesino de carteras de los probadores.
Es tan malo para nuestra figura comprarse una talla más como una talla menos. Aunque si hay que elegir, siempre una más. Eso de “me compro una menos que así me pongo a dieta”. ¿A quién queremos engañar? Y tampoco es plan de ir embutida con lucimiento de lozanas lorzas.
Aprovechar las rebajas para soltarnos con cosas que nunca nos pondríamos: como un chaleco, tacones si siempre vamos de plano, sombreros…
Comprar por comprar. No pasa nada si un día salimos de compras y volvemos con las bolsas vacías.
Lo encontrarás en: el vestido de Montse es de Alain Manoukian. Las sandalias, de Gloria Ortíz.