Hoy es un día especial porque están de cumpleaños dos personas a las que quiero mucho y que se conocen además entre ellas. Una de las cuales se mueve también por esto del 2.0. Estoy segura de que estará siendo un gran día. Como grande lo es igualmente el día de la boda. Vir irá de invitada a una, en Levante, con este vestido precioso que quiere volver a utilizar.
El vestido es verde, de seda, largo y con escote asimétrico. Ya combinó en su momento con accesorios dorados e inspiración grecorromana. Quiere alguna idea nueva.
Este tono de verde, tan de temporada, es muy combinable. Con nude, con morado, con fucsia, con coral… pero mi propuesta es más romántica. Con beige. Como la boda será en primavera, no sabe si hará demasiado fresco. Así que le propongo un zapato cerrado, también beige, pero con algún punto diferente como un tacón transparente. Un brazalete dorado de inspiración botánica como los que diseña artesanalmente Esther Amo. Y en el cabello, ondulado, simulando una media melena muy a lo Penélope Cruz (si lo tiene largo, si no, pues en media melena natural) con algún adorno en bisutería con forma de mariposa.
Para el frío, una chaqueta de punto muy fino y seda, sin abotonar (e incluso colocada solamente a los hombros como Cristina Brondo en los Goya 2011). También en beige. Para que el verde del vestido, de las mariposas del cabello y de la cartera de mano en dorados y verdes, resalte sobre todo el conjunto.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: medias. De ningunísimo tipo. Nada. Ningunas. Never.
Chales. Los chales son la muerte con sufrimiento.
Un bolerito. Con un vestido largo no.
Abotonarte la chaqueta.
Pieles. Ya no hace tiempo para llevar pieles. Es primavera, busquemos algo intermedio.
Cazadoras vaqueras o de cuero. Informalizar no viene al caso.
Aunque el vestido sea largo, hay que cuidar los zapatos, que aunque no lo creamos también se ven.
Olvídate de botas y botines.
Moño donut. Ya me aburre. Ahora dicen que se lleva el ballet. Pues moño de bailarina. Que ese moño ahí arriba, gordogordísimo listo para esconder todo lo que no te cabe en el bolso, pues cansa ya.
No dejes de apostar por los pendientes. Unos pendientes bonitos y buenos, a veces funcionan a la perfección ellos solos, sin más ayuda.
Lo encontrarás en: el vestido de Vir es de Adolfo Domínguez. Los zapatos, de Asos. La chaqueta de punto y seda, de Pedro del Hierro.