Cuando las cosas no van del todo bien, agudizar el ingenio es la mejor solución. Por eso, si damos con una prenda que nos saque de apuros varios y que se diversifique en sí misma para apañar todo tipo de coyunturas, pues mejor que mejor. Por eso, Ana no dudó en hacerse con este abrigo-vestido cuando lo vio en ebay. El problema es que no sale de las combinaciones: vaquero+camisa blanca o vestido negro. Así que vamos a buscar otras ideas para que esta prenda brille aún más si cabe.
El abrigo en sí es una pieza de manga francesa que combina el azul noche y el beig. Las opciones podrían ser:
Como abrigo:
- Con una blusa blanca, sin cuellos y volantes frontales, falda lápiz y zapato brogue. Un bolso midi colgado al codo.
- Con una falda plisada en azul marino, jersey de cuello vuelto rojo y oxford de cordones con tacón.
- Con una blusa de seda en lila, pantalón vaquero ancho y plataformas en azul noche.
- Con una camiseta de algodón orgánico, pantalón pitillo y botas de media caña.
Como vestido:
- Con unas medias gris perla y botín de tacón, liso, de ante. Bolso grande y guantes de piel midi en color crudo, para cubrir la parte del brazo que queda al aire.
- Con una media tupida azul noche y bailarina morada. Cartera de mano con apliques dorados, grande y plana.
La pieza de por sí misma tiene poder suficiente como para ser la protagonista del look, así que cualquier otra prenda o complemento con que lo aderecemos sólo lo acompañará, nunca le robará ese protagonismo suyo.
Besísimos.
No se te ocurra: ponértelo con un vestido de paillettes o con unos leggings ídem. El tejido del abrigo y su estampado no maridan en absoluto con la fiesta del brilli brilli.
Del mismo modo, olvídate de unas sandalias de tachuelas.
Unas botas cowboy. Sí, se siguen llevando, que preguntábais por ello. Pero no con el aire naïf de este vestido, ni siquiera servirán para informalizarlo. Tampoco unas moteras. Y con las Doc. Martens… precaución. Sólo para expertas.
En plan deportivo. Nada de deportivas con abrigo de visón. Te faltarán las gafas de sol y el perrito bajo el brazo. Lo siguiente es el síndrome de Diógenes.
Con estampado de cuadros: ni camisas ni faldas.
Nada de pantalones harem ni sarouel. Abrigo de manga francesa en la parte superior y pantalón baggy en la inferior… es un poco como si hubieran mezclados dos maniquíes.