¿Cómo me lo pongo?: Amarillo y tiros largos

 

De largo a una boda se va si la misma es de tarde. Eso, está claro. Pero más claro aún si la prenda que elegimos es larga y de fiesta. Es decir, con pedrería y tejidos ricos. María tiene una boda de tarde y un vestido inspirado en el de la fotografía.

El vestido de María es en realidad un dos piezas: cuerpo de pedrería y falda en crepé, con un fajín para unir visualmente ambas prendas. De color amarillo pastel. Una boda de tarde y algunas dudas con qué combinarlo.

El amarillo pastel es un color muy pálido, muy lavado, que o bien combinamos con tonalidades igualmente pálidas (como el nude) o resaltamos con color intenso. Éste último sería el caso, ya que al tratarse de una boda conviene no acercarse tanto a los colores tan claros. Un juego muy bonito de color puede ser con azul agua: es intenso pero sin pasarse. Para ello, elegimos una cartera de mano tipo clutch en este color. Las sandalias de tiras o zapatos peep toe, en ante también en turquesa. Otros tonos también aptos para combinar con el amarillo pastel, pero quizás más arriesgados, son el azul klein o el verde. 

Quizás lo más delicado (una vez resuelto el tema del color) es el peinado. Para una prenda de este estilo es preciso buscar un peinado que por un lado no nos haga cumplir años de manera innecesaria. Y por otro, que no nos convierta en presentadoras de una gala de fin de año. Si lo que buscamos es un recogido, será mejor elegir o bien una coleta muy tirante o un recogido informal con trenzas, por ejemplo. Por contra, si lo llevamos suelto, tendrá que ir peinado, por ejemplo, con las ondas marcadas.

Y pocos artificios más. Unos buenos pendientes y una buena sortija y a brillar.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: baratijas. Si no podemos llevar al menos unos pendientes buenos (nadie ha hablado del tamaño de la piedra, sólo que sean buenos) es mejor ir sin ellos. Pero no estropees un vestido tan festivo con unos pendientes cualquiera.

Por supuesto, no te vayas a plantar unos de flamenca.

Tocado no ha lugar. En todo caso, alguna horquilla o diadema fina.

Por supuesto, del sombrero ni hablamos. Qué ideas arbolillo.

Una cartera de mano grande. Nada, nada. Ni bolso de ningún tipo.

Rafia en los complementos. NO.

Un moño italiano. Es que es ganas de echarse años.

Más pedrería. Si la lleva el cuerpo, pues no nos empeñemos en recargarla. Ya llega. Es suficiente.

Combinarlo con rojo/similares o negro. Ni te hagas el semáforo ni te quedes en lo básico.

Lo encontrarás en: el vestido que ha servido de inspiración a María es de Elie Saab. La cartera de mano, de Blanco.

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