Cambio de chaqueta

Ésta es la temporada de las chaquetas. El año pasado nos miraban tímidamente pero ahora copan la atención de todas las compradoras, que buscan blazier y maxicardigans para complementar los estilismos. Se han convertido más que en una prenda, en un accesorio que cierra a la perfección cualquier look. Sin embargo, hay vida más allá de estas dos propuestas. Nunca podemos dejar agotar nuestra capacidad de experimentación ni de investigación y sucumbir al ataque de los clones, a las masas borregas todas vestidas igual. Tampoco hablo de volverse locas y jugar a “mis trapitos” sin mesura. Simplemente, dotar del toque personal de cada una para que un estilismo nos defina. Para hablar de estilo propio. Hoy lo vamos a probar con las chaquetas.

Como alternativa al blazier y al maxicardigan están las chaquetas de corte capa, con grandes botones, que quedan maravillosamente bien con botas y pitillos. O las cazadoras de ante en tonos tostados, con bufandas gruesas de lana. Pero si lo que buscamos es seguir la misma línea de las propuestas de estilo de blazier/maxicardigan podemos entonces sustituirlo por una chaqueta esmoquin o por una chaqueta inspiración frac.

Las chaquetas esmoquin son fantásticas, con sus cuellos en raso de seda, sus botones forrados y el tejido. Quedan ideales con un maxipañuelo de seda, anudado solamente una vez al cuello y hacia el frente, dejando caer los dos extremos dentro de la chaqueta abotonada. Si las combino con una camiseta de algodón estampada amplia les doy un toque más informal. Cierro el conjunto con pitillos y con zapato oxford plano (si es de charol, mucho mejor).

Las chaquetas de inspiración frac (cortas por delante pero sin los faldones traseros) o incluso las frac, son la opción más atrevida. Dan un juego más informal a vestidos túnica + botas. También con camisetas estampadas y botines de ante en gris o incluso en rojo. Permiten más licencias y podemos deconstruirlas totalmente, incluyendo largas bufandas de lana.

La diferencia entre este look para un día a día y este mismo look para un evento en clave “arreglada pero informal” lo ponen los complementos, como el bolso. De un maxibolso en piel blanda para lo cotidiano a una cartera de mano, grande, que llevarás en un evento.

Sea cual sea nuestra elección, el truco está en el espejo. Mirarnos con paciencia y espíritu crítico nos dará la clave que diferencia el atrevimiento del ridículo espantoso.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: si la chaqueta tiene dos botones te abrochas uno solo. Eso de ir empaquetada no queda nada bien.
Chaqueta esmoquin con jersey de lana. Informalizar no significa estropear. Mantén un punto elegante, no se trata de ponerse el chándal. Ya sabéis lo que pienso de jugar al mezcladillo sin pensar.
Camisetas estampadas entalladitas, con su licryta y sus cositas. Busca una camiseta con algún estampado interesante, y sobre todo, alguna talla por encima de la tuya habitual.
Ponerte al Che Guevara o a Los Ramones sin saber quiénes son, sólo porque “molan”. Primero infórmate de a quién llevas encima, y si te convence o va contigo, entonces póntelo.
Zapatos corte salón de charolito y punta afilada estilo Mustang o Blanco. En general, son un mal que han hecho a la industria zapatera y a las mujeres del siglo XXI, pero por favor, no te empeñes en seguir propagándolo. Y menos con este estilo de chaqueta informalizada.
Chaquetas de corte con mucho pecho. Evita abrocharlas.
Chaqueta inspiración frac con pantalones de talle alto y pata ancha. No los acabo de ver.

Lo encontrarás en: la chaqueta es de Zara. La camiseta, es un diseño de Daniel Egnéus para H&M.

Por cierto, no dejéis de echar un vistazo aquí. Una pequeña ayuda para rentabilizar nuestro potencial armaril, disponer de más tiempo libre o decidirnos por las mejores compras. Y ahora, con precios especiales de cambio de temporada.

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