Las nuevas llegadas a tienda nos tientan con sus cantos de sirena, con ese aire a medio camino entre el verano y el otoño. Y no está de más dejarse engatusar, ya que estas primeras piezas no durarán todo el invierno. Algunas de ellas nos solucionan los coletazos finales de esta temoporada, nos apañarán la llegada de la próxima primavera y disfrutaremos también en invierno (sobre todo, en los lugares con inviernos más secos). De todas esas llegadas, he seleccionado 6 pares de zapatos en camel y su gama porque es el color que se puede usar a lo largo de todo el año.
- Unos mocasines de ante con flecos delanteros. De los blanditos que en verano se pueden llevar destalonados y en otoño, con un culotte y una camiseta de rayas, por ejemplo.
- Unos botines camperos. Lo cowboy sigue imperando (lo dije). Te ayudarán en las noches de verano que refresca (hay sitios en los que refresca y mucho) y en invierno quedarán fantásticos con un jersey de punto grueso y vaqueros.
- Unos zuecos de inspiración 70’s. Geniales para subirse a las alturas sin morir de dolor de pies gracias a su plataforma delantera. Compañeros inseparables de los pantalones de pata ancha y de los vestidos de florecitas.
- Unas bailarinas de aire ballet. De piel blanda y tiras al tobillo. Ahora con vestidos y más adelante, con pantalones tobilleros y camisa blanca. El detalle perfecto para restarle soserío a un look sencillo.
- Unas deportivas chunky. O feúchas. Informalizan los looks más arreglados, como un traje sastre con jersey de punto fino.
- Unos salones nude. En piel. Alargan la pierna, la estilizan, son elegantes y se acoplan a todo. Desde a un vestido entallado a un vaquero y camiseta blanca.
No se te ocurra: no usar este tono y su gama porque eres muy blanquita. En absoluto. Se adapta perfectamente a todos los tonos de piel. El calzado además, no va pegado a la cara (salvo que lo lleves en la mano, pero entonces no cumpliría su función de vestir los pies).
Ponerle una media negra, tupida, en invierno. Este tipo de tono pide piel al aire. A lo sumo, una media en tonos marrones. Pero preferiblemente, tu propia piel. Sin medias de por medio.
Renegar sin probar. Nuestras imágenes mentales sin espejo mediante, nos pueden jugar malas pasadas. Así que prueba siempre. Ante la duda, sesión de mirarse al espejo.
Lo encontrarás en: en cada punto, su link.