Entre los días 16 y 19 de enero se celebró en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla la segunda edición de la pasarela de moda flamenca We Love Flamenco que viene impulsada por Go! Events. Cuatro días intensos en los que pudimos ver una buena selección de nuevas tendencias en flamenca: muy interesantes propuestas y con gran calidad en general.
Esta pasarela (en realidad, como todas) ha tenido también su punto de polémica. Con redes sociales incendiadas por uno u otro tema. Y aquí, en este mi cortijo, dejo yo mi opinión. Que para eso esto es un medio de comunicación (con lo que conlleva el término comunicación: no es objetivo, no es noticia, no es periodismo. Digamos que soy una publicista. Que comunico lo que veo, lo que vivo y siempre desde mi subjetividad. Un blog no está catalogado como medio de información periodística. Por ello me puedo permitir esa licencia. Y por ello también, por respeto a sus orígenes -José Luis Orihuela así me lo explicó en una de las asignaturas sobre blogs que allá por 2003 me impartió en mi curso de doctorado- ya que se trata de una bitácora. De un diario de vivencias público. De un espacio totalmente libre en forma y contenido que cada cual puede utilizar como desee. ¿Que por qué se acreditan a los bloggers a estas cosas? Pues porque da la casualidad de que dan apoyo y cobertura. Apoyo y cobertura que en muchas ocasiones (quizás porque no pueden acudir a todo lo que se les convoca) los medios de comunicación tradicionales (y por ende, los periodistas) no acuden. Máxime cuando quien desfila es alguien que no lleva VIPS o cuya trayectoria es aún poco o nada reconocida. Podemos ponernos a analizar la calidad de un blog (sí, ahí habría para largo y tendido. Faltas de ortografía, mala redacción, fotos de pésima calidad, etc.) pero sea como fuere, lo que publican queda en la red. Y todos los que tenemos un negocio conocemos la importancia de dejar rastro en internet.
Otro tema es el comportamiento de la gente en un desfile. Esta edición de We Love Flamenco se caracterizó además por sucesos de lo más surrealista. Pero todos sin duda, como consecuencia de la escasa formación en cuanto a saber estar en desfile. En un desfile no se aplaude hasta el final, no se habla, no se conversa por el móvil, no se cruza la pasarela, no se cambian las sillas de lugar, no se sienta uno sin haber comprobado que ése es su sitio… En realidad, viviremos situaciones de este tipo siempre y cuando la entrada se pueda comprar, ya que da acceso a gente con desconocimiento de todo esto. Considero que no es nada en lo que la organización tenga que ver. ¿Qué pueden hacer? ¿Echar a cada uno que se salta las normas de saber estar en un desfile? La entrada está al alcance de todo el mundo, se puede comprar. Y eso da lugar a que cualquiera (sepa o no estar) pueda entrar en el desfile. ¿Eliminar esto? No creo que sea posible… a fin de cuentas, el diseñador quiere que se vean sus creaciones, llegar a la mayor cantidad de público potencial (aunque muchos de los de allí estaban más preocupados por “copiar” que por comprar).
El diez se lo doy a los diseñadores participantes. Muy buena calidad en general. El suspenso, al lugar. El Hotel Alfonso XIII es maravilloso. Pero su salón es pequeño y resulta agobiante, imposible de ver el desfile más allá de la primera fila (lo que provoca que la gente, lo vea de pie. Más leña al fuego). Mucho mejor el Casino de la Exposición, por ejemplo.
Y después de despacharme aquí con mis libres opiniones, porque no es todo tan blanco ni tan negro, que tenemos que ver los grises, ser más condescendientes con el trabajo de los demás, y dejar de mirar tanto al prójimo. A veces, de tanto mirar de soslayo, se nos olvida ver lo que tenemos delante. Pues eso. Vamos a lo que de verdad importa. Una breve selección de lo que se pudo ver en We Love Flamenco.
En We love Flamenco hubo espacio también para los diseñadores emergentes. Con un premio que reconoció el trabajo de Eloy Enamorado. Bajo mi punto de vista, merecido. Impresionantes trajes con increíbles volúmenes e inmensamente trabajados.
El primer día comenzó fuerte, con dos de los desfiles más esperados. Por un lado, Nuevo Montecarlo con Dublos: sus trajes son de los más imitados, aunque es imposible conseguir unas faldas canasteras con el volumen tan bonito y el movimiento de Nuevo Montecarlo. Un diez como siempre para sus trajes negros. Flamenca Pol Núñez tampoco defraudó llenando de colorido la pasarela, con ese inconfundible toque hippy de mezcla de tejidos y preciosos mantons floreados.
El día lo cerraron Ángela y Adela de Taller de Diseño. Un maravilloso desfile de trajes cuidados hasta las enguas. Con tejidos muy ricos, encajes hasta en los mantones. Propuestas muy románticas en las que los materiales tienen todo el protagonismo.
El viernes FlamenCoco vistió a los más pequeños. Recupera los trajés clásicos de la infancia con pequeños toques de modernidad. Sin olvidar que los niños quieren correr, quieren moverse con comodidad. Se atreven con el negro para las niñas, en trajes tan coquetos que nos hacen olvidar la sobriedad de este color.
El sábado empezó con una de las veteranas: Ángeles Verano, con más de 20 años en moda flamenca. Trajes de corte clásico en los que arriesgó en los materiales novedosos, como el lúrex. Interesantes las propuestas en gris para la noche. Ángeles Verano además otorgó el premio Flamenca con Arte a Laura Sánchez.
Los trajes canasteros de Carmen Acedo la mantienen fiel a su estilo. Eso sí, este año innova introduciendo más colorido. El resultado son preciosos vestidos y muy ponibles para pasear una mañana de feria.
El diseñador gaditano JLu Zambonino fue uno de los más aplaudidos. Una selección de trajes para Feria y Rocío en los que recupera los cortes clásicos de los 60 y los 70 que confecciona utilizando tejidos increíbles, mezcla de estampados y adornos como el fleco y las plumas.
Sorprendente también fue el desfile de María José Collantes, que propone una flamenca muy sensual, de increíbles espaldas descubiertas. Trajes inmensamente trabajados, con pedrería, y propuestas para la noche mucho más arriesgadas.
El desfile más emotivo fue el de Rosalía Zahíno, que celebraba diez años en las pasarelas (la foto es la que abre el post). Un desfile como siempre lleno de espectáculo, fiel a su estilo canalla, que levantó a todo el mundo de la silla, en aplausos.
Faltan muchos, muchas fotos. Faltan reseñas de los complementos (que esta edición fueron importantes, muy protagonistas). Por eso, so recomiendo que visitéis a Cayetano Gómez y Claudia Alfaro, cuyos resúmenes son los más completos de la red.
Sigue mi día a día en Twitter. Ésta es mi página de Facebook. Búscame en Instagram como @elestilario. O sígueme en Bloglovin.
¿Conoces “No llores patito”? Echa un vistazo a las propuestas que María y yo tenemos para mamás y bebés con estilo.