El viernes pasado, la encargada de cerrar la jornada de desfiles en SIMOF fue otro de los nombres fuertes en moda flamenca: Aurora Gaviño. Una diseñadora de trayectoria, con un estilo muy determinado que particularmente nunca me había llamado la atención. Sin embargo, su colección “¡Más Gaviño que nunca!” consiguió levantarme de la silla, emocionarme y aplaudir. Maravilloso espectáculo y salidas llenas de colorido, que obedecen a un estilo muy marcado y definido (me gusta por otro lado, que los diseñadores sean fieles a sí mismos) para flamencas que se atreven.
Una fantasía llena de colorido en la que se mezclan tejidos y texturas en trajes muy femeninos, pegados al cuerpo, en una colección en la que predominaban los canasteros.
Chorreras en escotes, mangas y falda: gasas en rizo que cobran vida y movimiento. Una reinterpretación del enrejado en la que los flecos se acompañan de estas gasas.
Melenas muy en su línea: sueltas, casi despeinadas y acompañadas de su clásica flor abierta, colocada sobre la frente. Los pendientes tienen gran protagonismo y se apoyan en el escote de la mujer.
Maravillosas las mangas largas, transparentes, acompañadas de recargados volantes canasteros. Talles altos y cinturas adornadas de encaje, que definen la silueta. Mucho plumetti.
Me gustaron especialmente los boleros que se trasforman en mangas de los vestidos. Un precioso toque a las piezas.
Los trajes de dos piezas con mangas sin fin, de corte capa. Sedas que le dan extraordinario movimiento a los vestidos y que estilizan los brazos hasta infinito.
Un desfile que contó con la participación de Teresa Baca y la colaboración de Mary Paz. Pero del que destaco la música en directo y el gran momento de la noche: aquél en el que la bailaora Manuela Carrasco bailó vestida de Arurora Gaviño. En el que se arrancó por bulerías y llenó la sala de magia. Después de este momento tan brillante, las salidas quizás se me hicieron ligeramente excesivas. Sin desmerecer, por supuesto, la belleza de los vestidos de novia, muy románticos, con los que cerró el desfile.
Aurora Gaviño se ganó la ovación y el aplauso con los que la agasajamos al final del desfile. Porque si ser Gaviño es lo que vimos, yo le pediría que lo siguiese siendo más que nunca. Y siempre.
* Todas las fotografías son de Belén Vargas para wapissima.diariodesevilla.es
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