Dicen que la primavera la sangre altera. No me extraña, ya que la primera de la lista en alterarse es ella misma, que nos vuelve locos con sus cambios de temperatura: ahora llueve, ahora no, ahora nieva, ahora no, ahora hace sol, ahora no. Como para mantenerse cuerdos, vamos. Con todos estos altibajos térmicos tenemos todas las papeletas para sufrir un maravilloso catarro,ya que nos morimos de ganas de salir a la calle sin chaqueta o de ponernos nuestras últimos adquisiciones primaveriles. Para solucionarlo existe un remedio infalible en forma de básico: el jersey de cuello cisne confeccionado en algodón orgánico, ultrafino, que no abriga pero protege. Veamos cómo adaptarlo a nuestros incipientes estilismos de primavera.
El punto de partida es pues un jersey de color negro, cuello cisne, manga larga, punto de algodón muy fino, casi transparente. Su función está en protegernos del frío sin llegar a agobiarnos, sin abrigar en exceso, y que además lo podamos llevar con prendas más ligeras sin que abulte ni deforme los cortes. Las opciones de combinación podrían ser:
- Bajo un vestido corte túnica. Si el vestido es muy escotado, será la opción perfecta. Al ser tan fino no se notará apenas. Puedo ponerlo con un vestido estampado y media tupida negra con sandalia de tacón o botín peep-toe negro.
- Bajo un blusón. Un blusón de algodón muy ligero nos hará pasar frío si queremos lucirlo ya sin chaqueta. Podemos ponernos el jersey, sobre él el blusón que irá ceñido a la cadera con un cinturón fino, trenzado; y un pantalón pitillo al tobillo. Cierro con unas bailarinas de pulsera.
- Bajo un jersey de manga corta o una camiseta de manga corta. Un pantalón de pata de elefante y todo metido a la cintura. Botín de plataforma y punta redonda.
- Bajo un chaleco. El chaleco de algodón o de pelo. Con un jodphur y botas altas, sin tacón.
- Bajo una blazier de color. El jersey entonces llevará una ligera camiseta de tirantes debajo para evitar las transparencias. Remango la blazier de color (por ejemplo, rojo) y dejo la manga larga del jersey en su posición habitual: a la muñeca.
- Bajo una camisa de cuadros mal abrochada. Para lucirla sin abrigo, el jersey es la opción perfecta. Con vaquero y botas de motero será un estilismo muy cómodo para cualquier tarde de paseo.
Sin impaciencia. Que el buen tiempo existe, está a la vuelta de la esquina. Sólo hay que esperarlo, y mejor que sea en plena forma y rebosando salud.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: por mucho frío que haga y muy fresquita que quieras ir tú, no renuncies al abrigo en pos del jersey-bajo vestido para un evento formal. Nada de cenas, bodas y demás con jerseycito bajo la ropa. Todo lo que no se vea está permitido, pero nunca un cuello vuelto a la vista.
Acumular capas cebolliles hasta parecer un culturista. Cuidado con los grosores de los jerseys y restos de prendas.
Lucir transparencia así libremente, a lo loco, ala-ala. La delgada línea entre lo sugerente y lo chabacano pues es eso, muy delgada.
Por mucho que ese vestido playero que nos acabamos de comprar nos esté mirando con ojitos de “estréname” desde el armario, ni se te pase por la imaginación y el entendimiento ponértelo con un jersey de cuello vuelto debajo. Ni muerta. No hagas experimentos raros.
Comprártelo ombligero y ponerlo con un vaquero como tal. La época del ombligo al aire en invierno está un poco olvidada ya. Gracias al señor.
Lo encontrarás en: el jersey es de American Vintage. La fotografía de la derecha, de Isabel Marant.