
Detrás de los Calamity Cool hay dos pedazo de bombones que ni los Brangelinos. María y Alfredo, que tienen sentido del humor, inteligencia y mil recursos para hacernos reír, para hacernos pensar, para que nos demos cuenta de lo que nos rodea. De los aciertos y los descalabros de lo que nos rodea.
Plumas afiladas e ironías de las selectas que los convierten en una rara joya de esas que casi no hay. Entre tantos mundos rosas y de nubecillas con olor a talco y sabor a cupcake aparecen ellos. Auténtico chili con carne. O salmorejo. O yo qué sé. Lo son todo. Los adoro. Y os recomiendo que comencéis a visitarlos. Así me entenderéis.
Aquí están para vuestro deleite. Ya me contaréis. Especialmente recomendable no perderse esta entrada. Ni mucho menos, ésta.


