Sí, lo sé, soy la última que llega a esto de contar lo que se ha visto en Sevilla, en la reciente edición de SIMOF. Pero tampoco es mi interés contar lo que ha pasado en la pasarela puesto que hay páginas en las que se ha explicado bastante mejor y con más detalle. Sin embargo, sí dejaré aquí mis notas personales de detalles que he visto en la pasarela y que creo que pueden poner un punto diferente en cualquier feria del sur.
Vamos a partir de la base de que soy cero purista, y por eso me encanta ver cómo se arriesga. Con ello, me quedaré:
Con los mantones al cuello de Pilar Vera y los cuellos ribetados de encaje. Esos mantones colocados con un nudo y cayendo casi hasta los pies me parecen originales, algo canallas (que me fascina) y mucho más cómodos que a los hombros.
Con las mangas ligeras, amplias y fluídas de Cristo Báñez. Esas camisas en tonos tostados, superescotadas y con la manga abullonada al puño son muy femeninas y de mujer fatal. Además, me encanta la idea de llevar miles de collares o incluso un foulard prieto al cuello. Y la falda con ese volante único como las faldas de ensayo de flamenca me pierde.
Tampoco me parece mala idea el escote violetera de Aurora Gaviño. Es muy favorecedor e idóneo para las que no quieren dejar de parecer unas flamencas pero con un punto. Además, los volantes que salen desde la cadera son la mejor solución para chicas muy delgaditas y rectas. Los vestidos de flamenca van muy bien a las mujeres con curvas, así que la solución que propone Aurora Gaviño es perfecta para simularlas.
De Vicky Martín Berrocal me quedo con los empolvados para la noche. Es elegantísimo. En shantung. Con esas siluetas tan diferentes de volantes versionados o largos flecos que salen de escotes a la caja. Pero también me quedo con sus cinturones de plumas. O las gorras (otra debilidad) para el día. A mi vestido crudo este año le planto una gorra de cuadros sí o sí.
Y de Lina… pues de Lina me quedo con la perfección de su costura. Con esos vestidos que recuerdan a Grace Kelly vestida de gitana. Con dos flores en lo alto de la cabeza. Con ir clásica pero con clase. Con una flamenca de años 60 siempre guapa y elegante.
Me encanta que se arriesgue en esto. Me encanta que sea un mundo que sale de talleres pequeños y se convierta en toda una escuela de diseñadores y de diseño. Y me gusta más aún que todos, desde cualquier punto de España, pueda acceder a las últimas tendencias como pasa con las novias. Gracias a la iniciativa que presentó la revista Surrealista con la revistaFlamenca. Un número anual que recogerá lo último en moda flamenca. Que asoma la cabecita pero que deseo que crezca en contenido. Y les deseo suerte con ello.