Un minuto de gloria. Que levante la mano el que no desea de vez en cuando sentirse protagonista por un momento. No se trata de ser el graciosillo ni el centro de atención constante. Es más esa satisfacción que se produce al sentir que necesitan escucharnos o que esperan una decisión nuestra. Nuestro minuto de gloria no tiene por qué ser en ningún medio de comunicación. Ni tampoco por un ridículo espantoso y accidental. Podemos gozar de protagonismo si organizamos una fiesta. Sin duda, nuestra presencia será elemental y más que nunca seremos el alma de la misma, ya que el bienestar y la comodidad de nuestros invitados dependerán de las decisiones que nosotros tomemos. Somos el eje fundamental del momento. Para que nada falle y todo salga a la perfección tendremos que estar atentas sin dejar escapar detalle. En esto se incluye también nuestra apariencia, nuestro aspecto exterior.
Cuando hablamos de ejercer de anfitrionas no hablamos de hacerlo solamente en nuestra casa, en un entorno personal. Puede ser que responda a una obligación profesional. Un evento que organice la empresa a la que pertenecemos que en ese momento se encarga dirigir una cena o cóctel de fin de convención, congreso, reunión, presentación o cualquier actividad de comunicación y promoción. Sea en nuestra casa o como parte de nuestras labores profesionales, veremos cómo acertar con nuestro atuendo ejerciendo de anfitrionas en una cena informal.
El modelo elegido responde a dos necesidades presentes en cualquiera de las dos situaciones: si es en casa tendremos que buscar un término medio no demasiado exagerado. Si es parte de nuestras obligaciones profesionales será algo cómodo que nos permita libertad de movimiento, que deje bastante claro que formamos parte de la organización (en todo momento seremos una referencia para los invitados) pero que nos permita vestir chic. Para ello, la respuesta será:
- Una camisa blanca de popelín, entallada, remangada a medio brazo; combinada con un pantalón negro de cintura alta, pata ancha y pinzas delanteras. A este conjunto tan básico, sencillo y cómodo le damos un toque diferente con una boa de plumas en color rosa palo. En los pies, unos botines peep-toe con cordones como los que propone Prada, Dolce&Gabbana o Chloé y que tenéis similares en Zara. Cerramos el conjunto con un abrigo brocado en tonos rosa palo, de Etiem. La cartera de mano, muy discreta y pequeña, con paillettes. La cartera de mano será anecdótica: solamente al llegar y al irinos. Si estamos trabajando necesitaremos nuestras dos manos libres en todo momento. Si estamos en nuestra casa, tanto cartera como abrigo no serán necesarios. Si disponemos de jardín y comienza a refrescar, podremos abrigarnos con una chaqueta de punto de color negro, largo levita y cuello chimenea.
Los pies sufrirán, estaremos agotadas y deseando visitar el reino de los sueños, pero siempre sin perder la compostura y lo más importante: la sonrisa. Una sonrisa maravillosa es el mejor, el gran triunfador estilismo de cualquier fiesta.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: se trata de una cena informal, así que no te plantes tu vestido de alta costura, con cola y espalda vertiginosamente aireada.
Cuidado con los excesos de brillos, lentejuelas y abalorios. Sobre todo en las ocasiones laborales. Eres la anfitriona profesional, pero no la protagonista absoluta.
Calzado incómodo. Al final se pasan horas interminables de pie deambulando de un lado para otro. Piensa en que tus pies en verano dejarán a un lado el calzado cubierto y se verán todos tus maltratos hacia ellos.
Escotazos asesinos. Ni en tu casa y mucho menos, de trabajo. Que hablen de ti, sí. Pero que no te pongan de fresca para arriba.
Si te decides por zapatos en los que se ven los dedos de los pies (ya sin medias, por supuesto) cuidado con las uñas. Bien arregladas es lo mínimo. Han de ir perfectas. “Dos tontos muy tontos” es una película. Hay momentos que es mejor dejar en la ficción.
Las boas de plumas en ocasiones como éstas jamás serán de color rojo. Las de color rojo funcionan de maravilla en la intimidad, en un ballo in mascchera y en Moulin Rouge.
Lo encontrarás en: la camisa blanca es de Massimo Dutti. También de Mirto. El pantalón, de Comptoir des Cottonniers, marca de la que tenéis una amplia información en el blog de Mr. Chic.