Yo no soy mucho de espinacas. No me gustan las verduras de hoja cocinada, sólo en ensalada. Sin embargo, esta forma de comerlas, me gusta y mucho. Es muy suave, muy fácil y perfecta para comer espinacas sin darse cuenta. Viva la lasaña de espinacas.
Ingredientes
Espinacas congeladas, picadas
Placas de lasaña
1 diente de ajo
Aceite de oliva
Sal
Nuez moscada
Leche
Mozzarella rayada
Harina
Preparación
1. Poner una olla con agua y sal a hervir. Cuando rompa a hervir, echar las espinacas y cocinarlas el tiempo que estipule el paquete (unos 5 minutos).
2. Escurrir las espinacas y reservar.
3. Preparar la bechamel: poner en un cazo dos cucharadas de aceite de oliva a calentar. Añadir tres cucharadas de harina, sal y una pizca de nuez moscada. Remover hasta tostar la harina. Incorporar dos vasos de leche y remover a fuego medio hasta que espese. Con la batidora eliminar grumos.
4. En una sartén echar unas cucharadas de aceite y el diente de ajo. Calentar.
5. Añadir las espinacas y saltear para que tomen el sabor.
6. Echar unas cucharadas de bechamel para hacer una crema suave.
7. En una fuente, colocar las placas de lasaña e ir haciendo pisos con las espinacas. Cubrir con bechamel y mozzarella rayada.
8. Con el horno precalentado a 200ºC, cocinar según necesiten las placas de lasaña.
La variante
Añadir piñones o pasas a las espinacas.
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