Se acabó. Triste por estar tan pasada por agua, finalizó la Semana Santa. Menos mal que en casa, al abrigo, se podía estar y así degustar las maravillas de la mesa tan de la época. Como el bacalo con tomate, que en este caso es perfecto para todos a los que nos les gusta la salsa de tomate. Una versión más ligera de ésta.
Ingredientes
Lomos de bacalao, sin espinas y desalados
Tomates maduros
Ajo
Cebolla
Pimienta negra
Perejil
Vino blanco
Sal
Aceite de oliva
Harina
Preparación
1. Realizar una cruz superficial en la piel de los tomates y meterlos en agua hirviendo durante unos segundos, con el fin de poder quitarles, sin problema, la piel. Trocear los tomates -sin piel- en pedazos pequeños.
2. Picar la cebolla finamente. Retirar los corazones de los ajos.
3. En una sartén, poner dos cucharadas de aceite a calentar. Cuando esté caliente, añadir la cebolla y el ajo y rehogar.
4. Incorporar los tomates. Remover con ayuda de una cuchara de madera hasta que ablanden.
5. Añadir el perejil picado, la pimienta negra y una pizca muy pequeña de sal. Remover de nuevo.
6. Echar un chorrito de vino blanco y remover mientras se evapora el alcohol.
7. Una vez evaporado, tapar y bajar el fuego a lento. Dejar que se vaya cocinando unos 30 minutos.
8. Mientras, pasar el bacalao por harina (sin echarle sal) y freirlo en abundante aceite muy caliente. 9. Una vez que los tomates estén deshechos, pasar por el chino si se desea eliminar las pepitas.
10. Servir el bacalao en una fuente plana, con los tomates sobre cada uno de los lomos.
El acompañamiento
Un vino blanco. Como el albariño Paco&Lola. De vicio.