Me gustan los casinos. Me encantan. Cuando viajamos mi marido y yo, es habitual que acabemos pisando uno. Está claro que no todos los casinos son iguales, que los hay más y menos glamourosos. Pero es que a nosotros nos van los bonitos. Los de crupier elegante y cocktail. Los de Black Jack. Si un día queréis pisar uno, aquí van algunas ideas sobre el drescode de un casino.
Lo más socorrido sin duda, es llevar un vestido. Con un vestido entallado, sencillo, y unas bonitas sandalias, acertamos seguro. Pero podemos experimentar también con los pantalones, en una temporada en la que los encontramos de mil maneras. Un pantalón ancho, con una sudadera de manga corta, cartera de mano y las sandalias más noventeras que me tienen loca (plataforma y pulsera al tobillo en ante negro). Ni nos disfrazamos ni vamos desacordes al entorno, aún desconociendo el ambiente que nos vamos a encontrar. Que es una pena que se extienda el mal hacer del todo vale.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: ir arregladita sí, pero pasarse tampoco. No vayas a aparecer con el vestidazo exagerado que te habías comprado para la boda de tu hermano. Ese palabra de honor en seda con pedrería. A ver, NO.
Ni pasarte al otro extremo, y hala, a por el vaquerismo. Los vaqueros son socorridos pero no valen para todo, oiga,
Lo mismo acudir el deportivas. Si no te gustan los tacones, no tienes por qué usarlos. Hay cosas ideales en plano. Pero deportivas, never.
Ojito al bolso. ¿O cuando sales de cenita te llevas el mismo que usas para ir a trabajar?
Lo encontrarás en: los pantalones son de Maiyet. Las sandalias, de Chie Mihara.
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