Que nadie se asuste al ver la foto. Que no cunda el pánico. Vamos a echarle un poquito de imaginación para que podamos entender de qué va este asunto. Pongámonos en contexto: Pilar tiene un vestido y una boda, en el sur, con algo de calor. Y quiere alguna idea para su vestido.
El vestido de Pilar es de punto, largo, en color morado. De corte asimétrico, con un tirante de pedrería. Tiene varias ideas en la cabeza pero no sabe si son o no acertadas. Lo que sí quiere es estar estupenda (es una boda especial, de tarde) y además cubrirse para no meter la pata en la iglesia.
El vestido es largo, muy festivo. Así que para mantener este punto pero además darle un aire fresco, aprovecharemos la tendencia del color block, que no es más que grandes masas de color plano que ejercen contraste entre sí. Creando dos momentos:
- Para la iglesia, elegiremos una especie de chaqueta-chaleco. Una pieza muy sencilla, que cubrirá los hombros del vestido. Esta prenda llevará un fajín para marcar la cintura. El resultado es un conjunto muy elegante, adecuado a la sobriedad que pide la ceremonia.
- Una vez que empiece la fiesta, nos quitamos el chaleco y dejamos que el vestido luzca, con su pedrería.
En cuanto a los colores, los brillantes son la mejor apuesta. Con el morado, arriesgamos con naranja y nos mantenemos más prudentes con el ciclamen o con el verde menta, que estarán en el chaleco y en las sandalias de ante, de tacón alto y levemente abotinadas para que el conjunto se vea joven. Pendientes en modo protagonista y cartera pequeñita (de color o en dorado), para guardar alguno que otro pañuelo de papel. Por si se escapa una furtiva lágrima.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: chales. Los chales deberían electrocutar o algo.
Los boleros con los vestidos largos, como que no. Pero no, never.
Cuidado con los experimentos con pedrería. Si ponemos pedrería, por ejemplo, en el fajín, ha de ser exactamente la misma que lleva el tirante.
Las combinaciones con colores pastel no las acabo de ver. En nude podría ir bien, con el morado funciona, pero el vestido tiene un corte que no encaja dentro de lo que inspira el nude, tan años 20. Mientras que el vestido es más femme fatale.
Hiperrrecargarse. Cuando una prenda tiene tanto poderío per se, dejémosla que lo viva y disfrute su gloria. No le echemos capas encima que no tendrá nada de sentido y pasará directamente a hortera y vulgar.
Renunciar a la gasa de seda. Si no sabemos qué ponernos para esos momentos “no quiero llevar los hombros al aire” una simple chaquetita de seda siempre lo soluciona todo.
Lo encontrarás en: el chaleco es de Iro y está en The Outnet.